09/05/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Allá por los años ochenta pasábamos todos los días lectivos por la plaza del Espolón. Muy cerca de esa fuente, que nunca he sabido si es potable o envenena, casi pisando la calzada, estaba el paisano puño en alto. Mientras el autobús de la empresa Fernández daba la vuelta a la rotonda para enfilar la avenida de Nocedo, decenas de escolares gritábamos al unísono «Ataulfo Presidente, Ataulfo Presidente, Ataulfo Presidente...». Podían pasar tres cosas: que aquel comunista de cómic nos mostrase, puño en alto, cualquiera de sus carteles, entre ellos, el más recordado «Curas y monjas a trabajar ya»; que golpeara el cristal porque alguno de mis contemporáneos le mostrase el dedo anular, o que el profesor de turno comenzará su jornada laboral repartiendo collejas sin discreción ni miramiento. El personaje, debo reconocerlo, me fascinaba. Casi cuatro décadas después de las primeras elecciones democráticas, bien les vendría a nuestros candidatos aprender de Ataulfo, que hacía campaña todo el año junto al Arco de la Cárcel o desde su ventana en la ‘Casa de Los Lorenzana’, muy cerca del antiguo ‘Bar Mongogo’, donde colgaba una gran bandera republicana. Me apostaría un vino con su correspondiente tapa a que ninguno de mis lectores es capaz de encontrar un solo chaval menor de catorce años (los que tenía yo al terminar la EGB) capaz de ponerle nombre, lema y afiliación política a ni siquiera uno de nuestros alcaldables. Les daría incluso la ventaja de pasar la prueba buscando los mencionados datos en las principales redes sociales, llevo días haciéndolo y no he encontrado gran cosa. Silván, por ejemplo, empezó en Twitter hace tres meses y ya tiene más mensajes publicados que García Díez, cuyo estreno data de 2009. En la misma plataforma encontramos a Villarroel, que subió su primera foto en diciembre para dar las gracias por la constitución, aunque me sigo preguntando qué mensaje oculto quiere transmitir a través de ese ‘selfie’. Algo parecido me pasa con Blanco López, que emula al Che Guevara tirachinas en mano. Continuamos con Nélida y Díez Díaz, ambos con perfil en Linkedin, la gran red social para currículums, pero ni muestran foto ni, tampoco, mucho detalle de sus experiencias laborales. Graciano, por su parte, tiene alrededor de cincuenta seguidores en Google Plus aunque, si pinchas en «sobre mí», toda su información básica se reduce a la casilla «hombre». Y por último Gregorio que abrió un blog a su nombre en 2010. Empezó fuerte, pero al tercer post lo dejó, bastante cabreado por cierto. En fin, que visto lo visto, «Ataulfo Presidente» hoy sería ‘trending topic’ y quién sabe si la llave para gobernar este ayuntamiento.
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