AstraZeneca: la gran esperanza convertida en oveja negra

Hace unas pocas semanas la cosa se torció, o la torcieron, y la prometedora vacuna de Oxford-AstraZeneca, pasó a ser "la de los trombos". Arregla tú eso ahora

Sofía Morán de Paz
11/04/2021
 Actualizado a 11/04/2021
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La vacuna de AstraZeneca, desarrollada por la prestigiosa Universidad de Oxford (Reino Unido), tuvo un 100% de eficacia frente al covid grave en los ensayos clínicos, tiene además la ventaja de que se puede conservar en frigoríficos normales y apenas cuesta unos tres euros por dosis, cinco veces menos que la de Pfizer y unas siete veces menos que la de Moderna. Un chollo, vaya. Y es que, esta vacuna era sin duda la gran esperanza, el camino de vuelta hacia la vida de antes, hacia el fin de la pesadilla. Pero hace unas pocas semanas la cosa se torció, o la torcieron, y la prometedora vacuna de Oxford-AstraZeneca, pasó a ser «la de los trombos». Arregla tú eso ahora.

El pasado miércoles, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) finalmente anunció que sí encuentra una asociación de casos «muy raros» de coágulos y niveles bajos de plaquetas tras la vacunación con AstraZeneca, y por eso, a partir de ahora, la advertencia figurará en el prospecto como «efectos secundarios muy raros». Y cuando dicen «muy raros», es porque de verdad lo son, ya que se han registrado 86 casos de trombosis tras, atentos aquí, 25 millones de inyecciones con esta vacuna. Hagan ustedes los números.

El paracetamol, el segundo medicamento más vendido en España, tiene como «muy raro» efecto adverso las alteraciones del hígado y del riñón; y el ibuprofeno, el sexto más dispensado, puede ocasionar, en rarísimas ocasiones, perforación intestinal y hemorragia grave y, sin embargo, de ambos se vendieron en España el año pasado más de 50 millones de envases porque, como ustedes ya saben, los tomamos como gominolas y sin preocuparnos de lo que dice el prospecto. Otro día hablamos del nolotil, la píldora anticonceptiva o la aspirina.

¿Dijo el miércoles la EMA que había que parar la vacunación o cambiar sus criterios? La respuesta es no. En absoluto. En realidad, lo que dijo fue todo lo contrario, que no hay motivos para suspenderla porque los beneficios superan con creces los posibles riesgos.

Sin embargo, sin tener en cuenta esto y sin saber muy bien porqué, la ministra de Sanidad y sus consejeros autonómicos deciden, ese mismo día, que se deja de administrar esta vacuna a los menores de 60 años, y sólo será para la franja de edad de los 60 a 65 años. Al día siguiente llega una nueva rectificación de la rectificación anterior, aumentando el rango hasta los 69 años. Hola, ¿hay alguien al volante?

La gente ya no entiende nada y la sensación de improvisación y de ‘sindiós’ constante es imparable.

¿Para qué tenemos una autoridad farmacéutica europea que regula todo esto, si después cada país hace lo que le da la gana?

Carolina Darias, ministra de Sanidad, explicaba la decisión alegando que es algo que también han hecho otros países de nuestro entorno como Italia, Francia o Alemania. Como si ir al rebufo de los países vecinos como pollos sin cabeza fuera garantía de algo. Aquí me vendría bien la clásica frase de madre española de: «y si tus amigos se tiran por un puente, ¿tú también?» Pues eso.

Lo realmente cierto es que con estas decisiones los gobiernos no están respondiendo a la ciencia, sino al ruido mediático constante y a la psicosis de la gente, poniendo en grave peligro no sólo la vacunación con AstraZeneca, sino comprometiendo la campaña de vacunación en general, generando miedo y desconfianza en la gente, en un momento en el que necesitamos certezas, calma y mensajes claros. También necesitamos dejar de señalar y contabilizar escrupulosamente el turno de vacunación. Necesitamos que se vacunen nuestros políticos, les toque o no, actores, músicos, escritores, personas conocidas que inspiran confianza en la población. Y además necesitamos verlo, como ocurría el viernes con el actor José Coronado. Hay que ponerse las pilas, porque hace falta mucha pedagogía con esto, hace falta luchar contra el miedo, la incertidumbre y la desconfianza que empieza ya a invadirlo todo, y les aseguro que la tarea no va a ser fácil.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
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