Asesoría e innovación ‘made in León’

Con presencia en todo el territorio nacional y especializados en impuestos especiales, el despacho profesional Agemes apuesta ahora por el I+D con una revolucionaria propuesta

J.A.
10/12/2022
 Actualizado a 10/12/2022
Alberto y Adrián Díez son los fundadores y responsables del despacho profesional Agemes. | SAÚL ARÉN
Alberto y Adrián Díez son los fundadores y responsables del despacho profesional Agemes. | SAÚL ARÉN
No siempre es fácil tener éxito a nivel nacional desde una ciudad como León. Sin embargo, hay empresarios que apuestan por su tierra y deciden mantener su sede aquí a pesar de tener clientes en toda España, generando empleo a pesar de verse obligados a hacer la maleta día sí, día también.

Es el caso del despacho profesional Agemes, especializado en impuestos especiales y que vislumbra ya su primera década de vida tras su creación en 2013 de la mano de los hermanos Adrián y Alberto Díez. En un continuo crecimiento desde entonces, superando ya la decena de empleados en sus modernas oficinas de León, cuentan con un equipo multidisciplinar que se encarga de asesorar y acompañar a los clientes con los que cuenta a lo largo y ancho de toda la geografía nacional, destacando los principales grupos bodegueros de España. Líderes en el sector de los impuestos especiales en hidrocarburos, cervezas, vinos y sumándose ahora los plásticos, su consolidación ha llegado gracias a la diferenciación en su servicio: inmediato, profundo y especializado. Todo ello ha permitido también la firma de diferentes alianzas estratégicas con entidades con las que trabaja de forma estrecha en numerosas actividades de formación. Entre ellas, la Asociación Nacional de distribuidores de Repsol, la Asociación de Cerveceros de España, diferentes denominaciones de origen del sector vitinícola, colaborando también con la Subdirección General de Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria en el desarrollo de normas así como en numerosos foros del sector.

Un sensor revolucionario


En esa permanente intención de seguir creciendo y mirando siempre hacia el futuro, los hermanos Díez arrancaron en 2019 un proyecto que tenía como primer objetivo solventar uno de los problemas que habitualmente se encuentran en sus visitas a las bodegas. "Una situación que nos preocupaba es el saber con exactitud cuánto vino hay en una bodega, dependiendo de los recipientes y sus formatos la cantidad puede variar y los datos que obtenemos no siempre son exactos. Si a esa empresa llega una inspección y la cifra de existencias no coincide nuestros clientes pueden llegar a ser sancionados", explica Adrián.

A partir de ahí y tras entrar en contacto con un experto en el sector de la automatización y la domótica, comenzaron a trabajar en la idea de poder automatizar todos esos procesos así como diferentes métricas tales como la temperatura o el estado del vino. "Hablando con Raúl Pérez, uno de los enólogos más importantes del mundo, nos comentó que si bien a él lo que le preocupaba no era tanto el volumen que contenían los recipientes sino el estado del producto, sus condiciones o el proceso de elaboración en el que se encuentra",desvela.

Así, con la intención de poder ofrecer certidumbre y exactitud sobre su producto a los bodegueros así como un proceso mucho más sencillo que sustituya la intervención humana constante actual con la obligatoria y costosa toma de muestras manual o el recuento continuo de existencias, comenzaron a trabajar en un sensor que mediante un solo análisis pudiera obtener más de 20 parámetros químicos y técnicos del producto que se analice.

Junto a otros dos socios, expertos en diferentes materias relacionadas con el diseño industrial, el software y la electrónica, han conseguido patentar "un sensor miniaturizado que se puede utilizar en una versión portátil, ligera y manejable así como en una versión industrial fácilmente instalable en cualquier lugar, pudiendo por tanto llegar a enólogos, sumilleres o cualquier profesional del sector de productos líquidos, pero también a una industria que busque sensorizar y controlar una planta completamente en tiempo real". De esta manera, aunque las aplicaciones han comenzado por el sector del vino como el más próximo a la actividad del despacho, son varias las industrias que se han interesado por esta innovación tales como los productores de aceite de oliva o la Asociación Nacional de Piscinas para realizar análisis de agua.

Si bien la intención inicial era comenzar a comercializar estos dispositivos a finales del pasado año, la pandemia ha obligado a retrasar su lanzamiento, lo que ha permitido perfeccionar un producto que permite además ser controlado de forma remota con alertas específicas sobre determinados valores: «Podremos, por ejemplo, indicar con un color que todos los vinos de ciertas barricas son de una parcela o que tienen el pH de una forma determinada».

Del mismo modo, también ofrecerán soluciones tecnológicas basadas en la inteligencia artificial y el big data que, a través de datos clave, ayudarán en la toma de decisiones.
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