Asaja programa reuniones sobre la nueva PAC en la montaña leonesa

Los ganaderos se muestran preocupados por los costes de producción, ya que los forrajes se han encarecido un 85 por ciento

L.N.C.
08/11/2022
 Actualizado a 08/11/2022
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La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, Asaja, de León llevará esta semana su programación de reuniones informativas sobre la nueva Política Agrícola Común a las localidades de Valdepiélago, Villamanín, La Magdalena, San Emiliano y Villablino. La actividad, que comenzó el 12 de septiembre en Valencia de Don Juan, ha celebrado ya 43 reuniones con la participación de 946 agricultores y ganaderos de todos los puntos de la provincia.

Asaja explicó que la PAC que entrará en vigor para 2023 tendrá una “especial complejidad” también en el sector ganadero para gestionar las ayudas que llegan a través de los denominados eco regímenes o eco esquemas, que en parte viene derivada de la estructura de la propiedad, que se caracteriza por ser pastos comunales y por ser fincas de prado o pastos de particulares de reducidas dimensiones.

Por este motivo, desde la organización agraria expusieron que los ganaderos de la montaña están preocupados por los altos costes de producción, ya que los forrajes que compran para suplementar la alimentación de los animales en una gran parte del año se han encarecido un 85 por ciento respecto a los precios de hace un año. “La gran demanda de forrajes, debido a la escasa cosecha de heno en los prados de montaña y a la mala cosecha de forrajes en las zonas agrícolas han disparado los precios de la materia prima, a la vez que se ha encarecido también el transporte desde los almacenes de los agricultores que los producen hasta las ganaderías”, aseguraron.

De igual manera, aseguraron que el elevado número de jóvenes que se han incorporado a la ganadería en las zonas de montaña en los últimos años “ha creado una presión desmedida para hacerse con tierras de pastoreo y de prados, lo que ha elevado los arrendamientos a precios hasta hace poco impensables”. Estos arrendadores de pastos, que mayoritariamente son juntas vecinales, “se están quedando con una buena parte de los ingresos de los ganaderos hasta el punto que a muchos de ellos ya no le salen las cuentas”.

A esta situación, Asaja sumó la “presión” que está ejerciendo sobre la cabaña ganadera la presencia del lobo y otros animales salvajes como el oso que ocasionan daños a diario “que nadie compensa”, así como los daños que el jabalí y otras especies cinegéticas ocasionan en los prados de siega. Asimismo, “los precios de la carne han subido, pero no lo suficiente como para compensar el mayor coste de la alimentación y de otros insumos de las ganaderías, por lo que la rentabilidad es menor que en etapas anteriores, a la vez que el riesgo es mayor al necesitar más inversión y más capital circulante”.
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