Artillería para "convencer" en las calles

Haciendo apoyo logístico en el pabellón de San Esteban que se ha habilitado para las personas sin hogar, ayudando en la desinfección de residencias u otros espacios o colaborando en las labores de control en la ciudad.

Son algunas de las funciones que está cumpliendo durante este Estado de Alarma el ejército en León, donde tiene repartidas unidades de vigilancia velando por el cumplimiento de la limitación de movimiento establecida.

Artillería para «convencer» a la gente de que deben «protegerse a ellos y al resto cumpliendo las normas». Es la filosofía que aplica este Grupo de Artillería Campaña II /11 que está desplegado en Leóny cuyo jefe, el teniente coronel Enrique Miguel García Cuadrado, hace hincapié en que «son excepcionalidades en las que hay que llamar a la Policía o que acaban en infracción, buscamos que entiendan qué es lo correcto».

«El mayor esfuerzo viene ahora, a medida que se acumulen los días en casa se hará más cuesta arriba» ¿Entre sus labores? Está «el control de tráfico, parando coche a coche y viendo que el desplazamiento está justificado y que si van varios estén de dos en dos y con mascarilla; pero también el individual de las personas por la calle».

Y de momento, la nota a la población roza el sobresaliente, si bien avisan que lo más difícil llega ahora. «Todo el mundo está convencido y cumpliendo, el mensaje es positivo y deja claro que se lo están tomando en serio, pero el mayor esfuerzo viene ahora. Sólo llevamos 15 días y a medida que se acumulen todo se va a hacer muy cuesta arriba, cuanto más tiempo de confinamiento haya más problemas interiores, como peleas caseras, se pueden llegar a producir».

«La respuesta de la gente es magnífica. Nos traen  café, bocadillos o mascarillas, nos aplauden al paso...» Repartidos sus efectivos en varias localidades diferentes, eran unas 25 las personas que estaban este sábado en León, donde «acudimos un día sí y uno no», siempre «en colaboración y coordinación con el resto de fuerzas, y siendo avisado con anterioridad el alcalde para ver qué zonas cubrimos», yendo hoy por ejemplo la sección de Astorga a Ponferrada.

Muchas horas a pie de calle que les dejan algunas anécdotas y muchas muestras de agradecimiento. «De historias quizá me quedaría con una, con una persona mayor que nos decía que él tenía que salir a pasear todos los días que se lo había dicho el médico. Y yo, por Dios, eso de normal pero no en esta circunstancia, haga el favor...», recuerda Enrique, que cuenta también cómo «no hay día en el que no suceda algo por lo que emocionarnos, la respuesta de la gente con nosotros es magnífica y va desde traernos guantes y mascarillas, y eso que tenemos, a venirnos con bocadillos o café para que tomemos, o a que cuando pasemos nos aplaudan o nos pongan el himno nacional».

Y es que, en esta guerra, todas las personas están en el mismo bando.