La novena edición de este encuentro que consigue cada año dar un nuevo aire a varios edificios bañezanos con una explosión de color también atrajo a decenas de curiosos a lo largo de estos días en los que han estado trabajando los artistas.
Un trabajo que esta vez ha sido más tímido y menos llamativo que en ediciones anteriores porque son muchos menos los artistas participantes y bastante alejados unos de otros, y no tanto porque ha cita haya perdido interés para el público en general sino porque la organización ha querido intentar mantener dentro de lo posible las medidas sanitarias de distanciamiento impuestas por la situación actual.Artistas reconocidos como Bífido, Sandra Betancort, Makinoteka, Nem, Mayl Shambala o Stickerman y sus murales de pegatinas, que tienen su segunda parte en la zona del polideportivo municipal, han dado rienda suelta a sus creaciones con spray o con técnicas diferentes, como el caso del mural situado en la zona posterior de la Casa Consistorial donde la técnica empleada es la de papeles impresos pegados. Todo para dar al aparcamiento de la calle Manuel Diz un aire renovado mientras sale adelante el proyecto de ampliación del edificio del ayuntamiento.
El carácter internacional de este festival que está a punto de cumplir una década y que ya cuenta con algún que otro premio y reconocimiento hizo que entre el elenco de artistas también hubiera representación francesa, concretamente de la ciudad hermanada de Gennevilliers, con la que La Bañeza tiene una larga trayectoria de historias en común. Proyectos que ahora ambas ciudades pretende recuperar tras el parón pandémico y para el que el mural que tres artistas franceses desarrollaron en la zona de La Zaya es un hecho importante. Fachadas de María de Zapata, Magistrado García-Calvo o Fueros leoneses completan las zonas a las que este año se suman nuevas obras de arte callejero.