Arte a golpe de experiencias

Mónica Jorquera (León, 1987) es un claro ejemplo de artista multidisciplinar, de creadora con una visión global del arte que alimenta de sus experiencias vitales

Mercedes G. Rojo
07/01/2020
 Actualizado a 07/01/2020
La violonchelista y creativa musical ante una de sus obras.
La violonchelista y creativa musical ante una de sus obras.
Comenzamos una década que nos trae reminiscencias de un momento de esplendor en las artes y también de la presencia de la mujer en las mismas en el pasado siglo, un momento en el que esta pasó de destacar como musa a destacar como protagonista. Fue el momento de artistas plásticas como Sonia Delaunay, Tamara de Lempicka, Natalia Gontcharova, Georgia O’Keeffe, María Blanchard o Liubov Popova entre otras; el momento también en que las mujeres comenzaron a incorporarse al incipiente y masculino mundo del jazz, participando en algunas orquestas, tocando instrumentos que hasta entonces se consideraban de exclusivo manejo de los hombres e incluso creando sus propias formaciones musicales; y, sobre todo, un momento muy importante socialmente en el que se produjeron importantes cambios para nosotras que cambiaron la perspectiva de lo que debería ser nuestra presencia en el mundo.

Con este imaginario en nuestra memoria, comenzamos año y continuamos camino de la mano de una joven artista cuyo perfil está marcado por la multidisciplinariedad y por una visión global de ver y de vivir el arte, una leonesa llena de inquietud en la que su pasión por este se une a la necesidad de mostrar el papel que la mujer tiene en el mismo o lo que este significa para la evolución de la misma en todos los campos. Y es que le toca el turno a Mónica Jorquera (León, 1987). Violonchelista, licenciada en pintura por la Universidad de Salamanca, con el Máster de Grabado y Serigrafía, y completada su formación con cursos sobre el género del arte, la creatividad, la ilustración científica o técnicas alternativas de estampación, Mónica es una creadora en constante investigación artística. Su presencia en el panorama creativo leonés es bastante habitual aunque quizá sea más conocida desde el punto de vista musical que desde el plástico, y es que, a pesar de haber expuesto en Ármaga, el Palacio don Gutierre y haber participado en diversos proyectos plásticos colectivos, siempre está dispuesta a interaccionar con otros artistas, especialmente músicos y poetas, tal vez siguiendo ese impulso de improvisación del que goza, a pesar de su formación clásica, y que un día la llevó a matricularse en el Aula de Improvisación impartida por Ildefonso Rodríguez.Y ya no lo ha dejado;«…me encanta improvisar, siempre que puedo me meto al lío; he conocido a un montón de músicos diferentes y colaboro con muchos de ellos, y con poetas. Eso es lo más maravilloso de León…», dice de esta experiencia.

En el campo de lo gráfico,Mónica se describe a sí misma como creativa visual; en su obra reivindica el poder de la materia plástica como herramienta comunicativa y experimenta con escultura, pintura, grabado, collage, pirograbado…, habiéndose especializado en la utilización de nuevos soportes en el ámbito de la gráfica (papel, pulpa de papel, cerámica, porcelana, …), usando como discurso las interrelaciones de los distintos colectivos partiendo del núcleo familiar. Así nos lo muestra en exposiciones como 'Retratos de familia' (Don Gutierre, 2014), centrada en la parte más vulnerable de la familia: la infancia (su naturaleza, su morfologíay el gran poder del entorno para definir su futuro), que nos muestra con un toque satírico; o en“Trazos de memoria” (Ármaga, 2017), su primera gran individual montada en torno a la historia de una chica que al hacerse mayor quiere retomar su infancia a través de los recuerdos que su pueblo le proporciona.

Como artista y como violonchelista, desarrolla proyectos por toda la península ibérica y también fuera de ella, aunque siempre con un pie en León, que considera como su zona de confort. Y es que, artísticamenteinquieta, gusta de tomar parte en concurso, becas, residencias artísticas,…, situaciones vitales que hacen que su creatividad fluya, circunstancia que pueden testimoniar en Madrid, Barcelona, Gijón, Salamanca, Lugo…, donde ya conocen de sus distintas facetas artísticas y de su buen hacer, así como endiversas localidades portuguesas y francesas, Michigan o Berlín, lugar este último dnde desarrollaría una propuesta junto a la artista Zahara Luengo. Y a nivel de colaboración destacar el proyecto que en 2008 pone en marcha junto a un grupo de compañeros licenciados en Bellas Artes con la finalidad de acercar el arte al público y derevitalizar el arte joven contemporáneo en zonas rurales y urbanas, con exposiciones, performances, talleres…, que combinan con sus proyectos personales. También le gusta enseñar, habiendo hecho sus pinitos en esto de la educación, pero desencantada de una España que no le da valor a la cultura, donde «la educación humanística, musical, plástica, visual… no se tiene en cuenta» con las consiguientes consecuencias para la sociedad, ha descartado de momento “opositar” a la misma.

Por ir concluyendo,si lo de la música lo tuvo claro desde pequeña, si también le gusta escribir cuentos, el arte plástico es algo que reconoce haber ido conquistando poco a poco, siempre explorando nuevas técnicas (con «bloqueo terrible» incluido en el curso de la realización de Bellas Artes; con «crisis de futuro» al terminar la misma).Seguirle el rastro a Mónica Jorquera es descubrir todo un mundo de posibilidades artísticas quenos hablarán de las inmensas posibilidades del arte.
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