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Arreglen el faro

10/03/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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Bienvenida sea la primera derrota del año que acabará con las modas, los récords y otras filigranas periodísticas. La Cultural es de este mundo, sí, y tiene muchos defectos, aunque son más las virtudes. A ellas hay que retornar para que este no sea el sueño de una noche de verano. El equipo y la afición merecen objetivos importantes por los que luchar hasta el final de la temporada. Se lo han ganado a pulso con su tenacidad y apoyo. También en lo futbolístico con el orden como principal bandera, una cualidad que este domingo se quedó en el autobús. No era el día y punto. Faltó coordinación y capacidad para el control, pero la jugada del primer gol define el resto del partido. Una pérdida en campo rival, el lateral derecho presionando en la zona del mediocentro, un central asomando a la frontal, el otro saliendo a la banda a taponar el centro y, por último, el lateral zurdo acudiendo a tapar en balde al remate a gol del delantero rival. Un auténtico caos. El segundo llegó tras un saque de banda. El tercero, con un despeje blando hacia la propia portería. La Cultural perdió su seña de identidad de las últimas jornadas, la seguridad defensiva, que ha suplido la falta de juego y creatividad. El Guijuelo es un gran rival, pero si se le pone una alfombra roja parece el Bayern de los setenta.

Dicho lo cual, quedan las jornadas y los enfrentamientos directos suficientes como para no arrojar la toalla. Volverán jugadores sancionados y otros como Víctor están en la rampa de despegue. Pero la madre del cordero está en poner a punto a Rubén García. Urge su recuperación. Las circunstancias obligaron a su alineación estando fuera de forma con una nueva dolencia en el zurrón. Su presencia es trascendente, pero solo si está en las mejores condiciones. Arreglen el faro. Solo así se podrá atisbar el puerto.
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