Aroma a "Flores prensadas" en Ponferrada

La inmediatez y la obsolescencia son criterios que van más allá o que se quedan, por seguir su propia paradoja, en una columna de periódico. Sobre el papel agrisado que, en sí mismo parece no estar destinado a la inmortalidad, la escritora leonesa, Noemí Sabugal ha hecho fuerte su espacio de los sábados en La Nueva Crónica. Son columnas que trascienden y dejan de ser flor de un día. Por eso las ha querido llamar “Flores prensadas” y hacer de un veinte por ciento de las que ha escrito estos últimos años en el medio provincial, un libro, ahora sí, dotado de inmortalidad.

Tras su ‘Hijos del carbón’, que sigue recorriendo los paisajes de las cuencas de todo el país o trabajos anteriores como ‘El asesinato de Sócrates’, ‘Al acecho’ o ‘Una chica sin suerte’, la periodista leonesa afincada en Ponferrada regala el olor a unas flores que pensó y que ahora prensa, bajo el marchamo de Sílexediciones. Ahora quiere presentar su libro, en Ponferrada, en la tetería Luwack, gracias a la librería Signos y con la participación del director de La Nueva Crónica, David Rubio, quien abrió la posibilidad de que estas columnas tuvieran su rincón semanal.

Rubio entrevistó a la escritora antes de que ambos compartan la presentación del libro este viernes, 16 de diciembre a las 19:00 horas. En ella, Noemí Sabugal destacaba lo literario que hay dentro de una columna periodística “la literatura siempre ha estado presente en el periodismo y yo cada semana encuentro artículos que son para quitarse el sombrero”.

La escritora supura periodismo que mezcla con un manejo de la palabra escrita sublime, sin olvidar nunca que su raíz es la prensa “como cada semana escribo la columna, este ejercicio continúa manteniendo activo el músculo periodístico. También escribo artículos para algunas revistas. Además he pasado el periodismo a mis libros, ya que ‘Hijos del carbón’ es también una crónica”.

“Creo que el periodismo y la literatura pueden estar cada uno en la punta de una habitación o bien comiendo juntos en una mesa en el centro. Si es posible, a mí me gusta que estén juntos en esa mesa. Y diría que hago ambas cosas, que pueden ser la misma, porque quiero saber”, dice la autora.

Sus columnas son un pedazo de su opinión, de ella misma, porque reconoce que“con sólo elegir un tema ya estás opinando y eso está bien. Estás diciendo: «esto es lo que me interesa, aquí voy a mirar. Coincido con Leila Guerriero en que es erróneo el concepto de objetividad. Yo no soy un objeto, soy un sujeto, una persona”, dice en la entrevista. Y lo que le separa tal vez de sus libros es que, la columna no es una novela, sino fruto de esa “Subjetividad honesta” de la que habla Leila y que ella recoge.