"Por cuenta de la inseminación artificial, un método que se extendió en la industria lechera a partir de la década de 1960, el material genético de ese toro transformó la industria lechera», informa la cadena británica.
La huella de este semental en la industria lechera es descomunal. Sus condiciones genéticas excepcionales trasmitidas a miles de explotaciones por todo el mundo contribuyeron a mejorar los rendimientos de las vacas lecheras con un gran impacto económico para toda la industria.
En este sentido, el investigador Harris Lewin cifra en 30.000 millones de dólares americanos (unos 27.000 millones de euros) el impacto positivo de Arlinda Chief en el vacuno de leche a nivel global, desde la década de los sesenta.
No obstante, el legado de este semental va más a allá de su prole. Uno de sus hijos como Walkaway Chief Mark "es responsable del 7% del genoma en las vacas de raza Holstein en América del Norte, según la publicación especializada Milkgenomics.com" recogida por BBC.
El parto triple de Campuzana
Con este árbol genealógico, no es extraño dar rienda suelta a la imaginación y preguntarse qué hubiera ocurrido si se hubieran conocido Arlinda Chief y Campuzana, la vaca que el verano pasado parió trillizos en Barrio de la Tercia.