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Arbolito bien plantado

18/06/2022
 Actualizado a 18/06/2022
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Svetlana Aleksiévich lleva muchos años recogiendo testimonios para el libro que está escribiendo sobre el amor. Tengo muchas ganas de leerlo porque el amor me interesa y me parece -cada vez más- uno de los grandes asuntos de la vida. Y sobre todo tengo ganas de leerlo porque sé que no será un libro que se me pegará a las manos porque rezume almíbar sino porque, como todos los de la bielorrusa, estará lleno de verdad y de verdades.

Algo de este trabajo se puede ver en el documental ‘Lyubov, amor en ruso’, del sueco Staffan Julén, que ha acompañado a Aleksiévich en algunos momentos de su búsqueda. Son voces que hablan de lo íntimo y que a la vez lo convierten en algo más grande, como suele pasar siempre que se sabe mirar y contar las cosas, como hace Aleksiévich.

Me temo que todavía pasará bastante tiempo hasta que este libro exista. El amor, con todo lo importante que es, se ve muchas veces arrollado por otras cosas. En este caso, la guerra en Ucrania ha hecho que Aleksiévich haya apartado el proyecto por el momento y se haya puesto a escuchar y a escribir las experiencias de los ucranianos. Es también un tema que ha elegido por amor: Ucrania es el país de su madre.

Suelo leer con interés las noticias y reportajes que se publican sobre el amor, de lo estadístico a lo personal. En los últimos tiempos abundan los que tratan sobre el poliamor, el Tinder y el descreimiento de la pareja. Aprendo nuevos términos -algunos ridículos, también- pero siempre se descubre algo, aunque sea poca cosa, porque creo que hay mucho intento de pasar por novedosas cosas que no lo son tanto. Sólo con revisar un poco la mitología griega y romana ya se ve que tampoco tenemos tanta tela nueva que cortar.

Existen muchas opiniones intermedias entre el que piensa que emparejarse es el culmen de su existencia y el que cree que le van a poner los grilletes, porque el amor tiene tanta prensa buena como mala. Hay una canción leonesa que siempre me ha llamado la atención por su carga de ironía sobre el asunto. Es la que dice eso de «arbolito bien plantado / siempre parece arboleda / la mujer de buen marido / siempre parece soltera».
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