Aquella 'trinidad' musical: Barja, Felipe Magdaleno y Odón Alonso

Marcaron la vida musical leonesa en los 70 con la Capilla Clásica, la Coral Isidoriana o la Orquesta de Cámara de León

Fulgencio Fernández
28/11/2022
 Actualizado a 28/11/2022
Una estampa clásica de la ciudad, el inconfundible Odón Alonso. | F. RUBIO
Una estampa clásica de la ciudad, el inconfundible Odón Alonso. | F. RUBIO
Se han venido celebrando estos días un buen número de actividades para conmemorar la fiesta de Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Es evidente que vive la ciudad un buen momento en este campo de la música, pero tal vez vengamos de tiempos mucho más complicados, en los que la vida musical estuvo en manos de unos pocos entusiastas a los que esta tierra debe permanente recuerdo.

En los años setenta nada tenía que ver la consideración de la música con la actual; sin embargo, recuerda Fernando Rubio —y lo corroboran las fotos de su archivo— disfrutó la ciudad de algunos nombres inolvidables e irrepetibles. Hasta esta ventana de los lunes trae a tres de los más significativos y la memoria de las agrupaciones a las que vincularon su nombre: Ángel Barja (y su Capilla Clásica); Odón Alonso ‘padre’ (y su Orquesta de Cámara de León) y Felipe Magdaleno (y su Coral Isidoriana). Ahora mismo son muchos los que están recordando que en algún momento de sus vidas pasaron por estas formaciones y enriquecieron la vida cultural y musical leonesa con recordados conciertos y otras actividades, como las pastoradas, en el caso de Felipe Magdaleno, al que esta tradición leonesa debe mucho en su recuperación y pervivencia en el tiempo.
Argumenta Fernando Rubio que la fiesta de Santa Cecilia la debemos celebrar todos, no sololos músicos pues recuerda el viejo dicho: «De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco», de modo que quien no lo celebre por músico tiene otros epígrafes a los que apuntarse para estar de fiesta.Además de su maestría musical, añadían una enorme calidad humana hasta el punto que el conocimiento de esas personas en todos los estilos musicales supuso un enriquecimiento notable en mi experiencia vital Pero, al margen de la broma, celebra el fotógrafo que en sus años en la prensa leonesa tuvo el privilegio «y también la suerte de coincidir con grandes músicos de todosy cualquier estilo. Gente que además de su maestría musical, añadían una enorme calidad humana hasta el punto que el conocimiento de esas personas en todos los estilos musicales supuso un enriquecimiento notable en mi experiencia vital» y remata recordando que eran «gente que en su excelencia profesional tenían un trato personal excepcional. Eran otros tiempos, otras gentes y otros valores. No sé si mejores, pero sídiferentes, más cercanos y emotivos».Y de su archivo rescata los tres nombres citados y sus agrupaciones, aunque su legado fue aún más allá de estar al frente de ellos. Así, a vuelapluma, se podría recordar la ya apuntada labor de Magdaleno con las pastoradas; de Ángel Barja, al margen de las numerosas composiciones que nos dejó, estuvo trabajando hasta que sus fuerzas ya no se lo permitieron en el Cancionero Leonés, que tuvo que finalizar Miguel Manzano en solitario, ante el prematuro fallecimiento del músico nacido en Galicia pero leonés por los cuatro costados; y de Odón Alonso dice mucho su tradicional estampa dirigiendo la Banda Municipal por las calles de la ciudad o que es el autor de la música del Himno a León; la letra es de José Pinto Maestro, otro personaje para recordar y reivindicar.No eran solamente ellos, así por ejemplo, a Ángel Barja le pasó la batuta de laCapilla Clásica de León otro histórico de nuestra música que en aquel momento preparaba su viaje a Alemania para seguir estudiando, era Adolfo Gutiérrez Viejo, que además de fundar la Capilla, que dejó en manos de Barja, también fue el creador del Festival Internacional de Órgano Catedral de León, otra de las joyas perdidas de la cultura musical leonesa.
Por aportar un breve perfil de ellos se puede recoger, sobe Odón Alonso, un breve texto de Victoriano Crémer: «EL maestro Odón Alonso, a poco que la memoria se esfuerce, todavía pasea su figura ágil, sonriente, cordialísima, por las calles de León. El viento mueve su larga cabellera blanca, y bajo el brazo aprieta unas carpetas desbordantes de música leonesa»; escribe al hablar de este bañezano nacido en el año 1900 y fallecido en León a los 77 años de edad.

Sobre el ambiente musical de la época pueden ser ilustrativos los recuerdos del propio Barja. «El ambiente musical de aquel 1972, cuando me hice cargo de la Capilla, era más pobre, se reducía a unos pocos sectores y había pocos conciertos».

Por suerte, gente como ellos y otros pioneros pusieron las bases de unos nuevos tiempos que llegaron.
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