"Aquel fútbol era más de verdad"

Los vecinos de Celadilla del Páramo disfrutaron con las historias y las anécdotas de los exculturalistas Ovalle, Larrauri y ‘Marianín’

L.N.C.
30/08/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Ovalle, Larrauri y Marianín conversan con nuestro compañero Fulgencio Fernández, que fue el encargado de moderar el coloquio posterior. | DANIEL MARTÍN
Ovalle, Larrauri y Marianín conversan con nuestro compañero Fulgencio Fernández, que fue el encargado de moderar el coloquio posterior. | DANIEL MARTÍN
«Bernardo, Godoy, Maño, Paredes; Piñán, Roldán; Ovalle, Villafañe, Marianín, Larrauri y Zuazaga». Fueron las primeras palabras que dijo nuestro compañero Fulgencio Fernández para abrir el coloquio sobre las leyendas de la Cultural que cerraba este martes la Semana Cultural de Celadilla del Páramo, cuyos vecinos arroparon a los ponentes.

Los presentes pronto vieron que aquellos once nombres eran los de los integrantes de la más histórica y conocida de las alineaciones de la Cultural, que 43 años después vuelve a protagonizar días de rosas como los que ellos protagonizaron en los años 70.

Y para recrear aquellas historias, y a fe que lo hicieron, estaban tres de los integrantes de aquella delantera de lujo, que goleaba con enorme facilidad: Manolo Ovalle, Javier Larrauri y Mariano Arias Chamorro, Marianín; en los que pronto se vio la complicidad que tienen y que les llevó a desgranar un largo anecdotario. «Es que nuestro secreto mayor era que, además de no ser mancos jugando, éramos excelentes amigos en el campo y fuera de él».

«En Valladolid le partieron la tíbia a Paredes, se veía la fractura, y nos metieron seis,  no estábamos»  Y para ilustrar esta camaradería Ovalle contó una anécdota muy significativa: «El año aquel bueno nuestro, el de las goleadas en casa por tres y cuatro cero y cuando levantamos el 0-3 del Zaragoza, fuimos a Valladolid y perdimos 6-2, pero yo ese partido nunca lo he considerado sólo por el resultado. Lo que pasó es que cuando perdíamos 1-0 nuestro lateral izquierdo, Paredes, sufrió una entrada terrible, le partieron la tibia, aún recuerdo el sonido de la fractura, y andábamos por el campo como zombis. Nos metieron 6 y nos podían haber metido los que quisieran, no estábamos en el campo». Hablando de lesiones Ovalle recordó su calvario pos los quirófanos pues por su forma de jugar «recibía muchas patadas». A lo que Larrauri, que lleva una enciclopedia en la cabeza, remató: «Desde que te lesionó Canós, que era internacional, no volviste a ser el de antes».

Marianín: «A mi no me gustaba el fútbol, ni me gusta, pero tenía un don especial para meter goles»Larrauri y Ovalle bromeaban con la calidad de Marianín. «No había que complicarse la vida. Si te veías apurado, balones a su zona que ya se las arreglaba él para meter gol», decía Larrauri, y Ovalle recordaba que «Mariano tenía un cuello tremendo, le imprimía al balón una fuerza terrible, y siempre me decía: No andes con mariconadas, balones fuertes que ya los meto yo».

Lo que extrañó fueron las confesiones de Marianín, que nunca recordaba los goles que había metido —se lo recordaban Ovalle y Larrauri— porque, decía, a «mi no me gustaba el fútbol, ni me gusta, pero sí es cierto que balón que andaba suelto por el área lo metía para dentro, es un don que tienes».

En lo que sí coincidían los tres es en mostrarse convencidos de que «aquel fútbol era más de verdad», aunque ello conllevara ‘aguantar’ a algunos defensas como Migueli, Benito, Aguirre Suarez... «Yo, contra el Cádiz de Migueli, no pasé del centro del campo», bromeaba Larrauri.
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