Aplaudo a los que salvan, no a los que contaminan

Maximino Cañón
02/05/2020
 Actualizado a 02/05/2020
Como no puedo acordarme de todos los que vienen contribuyendo a nuestro bienestar, aunque estemos confinados en casa, si me quiero referir a todos los verdaderos salvadores de muchas vidas, desde los sanitarios, colectivo vital en esta pandemia, seguido de una larga lista integrada por, trabajadores de la alimentación; agricultores; ganaderos; militares, fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, donantes de sangre, repartidores, empleados de residencias de ancianos; quiosqueros; farmacéuticos; conductores de autobuses y ambulancias; transportistas, empleados de gasolineras; conserjes y porteros de fincas urbanas; estanqueros ; voluntarios, y que me perdonen si me olvido de algún otro colectivo. A todos ellos les quiero mostrar mi agradecimiento por hacer que muchos de nosotros hayamos sido atendidos sin salir de nuestras viviendas. Digo todo esto como prolegómeno a una aclaración, respecto a mi posición, como aplaudidor de las ocho de la tarde de cada día, como reconocimiento «a todos los que ayudan a que muchas vidas se puedan salvar», sin connotación política alguna y sin dejarme (a mis años) influenciar al respecto. Porque lo que quiero dejar claro en este articulo, en aras a la libertad que cada uno tenemos, es que una cosa es aplaudir a todos los que ayudan a proteger nuestras vidas y otra es aplaudir a los que, envenenando las redes y los oídos, ayudan a acrecentar el miedo y la preocupación que la mayoría de los españoles tenemos, utilizando los medios informáticos o de telefonía moderna, extendiendo mensajes, de cualquier signo e ideología, para lanzar proclamas en función , en la mayoría de los casos, de quienes aprovechando el momento de incertidumbre y desconfianza que la maldita pandemia ha incorporado a nuestras vidas, pretenden servir a otros intereses. En ningún caso, los mensajes que nos llegan, nada tienen de espontáneos sino que están perfectamente diseñados para intentar crear opinión a favor de quienes pagan el encargo. Yo sigo aplaudiendo a los primeros: ‘a los salvadores’, y recordando a todas las personas, que por desgracia son muchas son muchas, que han ido dejando este mundo, y a las que, en su gran mayoría, tanto se les debe y que han tenido que morirse casi en soledad, sin poder tocar ni sentir la inmediatez y el calor de los suyos en el ultimo momento. No tengo palabras para valorar tal situación y todo ello con el firme deseo de que esto acabe lo más pronto posible y donde los únicos ganadores seamos las personas. Finalizo diciendo lo que nos dijo hace muchos años el padre de mi amigo Albino, cuando nos disculpábamos por llegar a altas horas de la noche, diciendo que nos habíamos encontrado con un conocido de hacía mucho tiempo y nos emitió la siguiente sentencia: «no me presentéis mas gente que ya conozco bastante».

Mi recuerdo al Doctor. Antonio Gutiérrez, (Toño) fallecido mientras se entregaba con toda profesionalidad y valentía a combatir la pandemia de la que fue víctima.
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