Aperos de dignidad

02/08/2022
 Actualizado a 02/08/2022
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Tampoco es que los ponferradinos estén esperando cada último viernes de mes como agua de mayo para coger butaca en el salón de plenos y asistir al peliculón de una sesión ordinaria. Somos cuatro, periodistas todos, y dos curiosos más de esos a los que les gusta capitanear las charletas de bar con los galones que da el «yo estuve allí», los que escuchamos esas dos horas y media -cuando menos- de consabidos temas, ya explicados en las pertinentes comisiones, que parecen llegar al plenario, más que por ordenamiento normativo, parasubirse al ring político y sacar brillo a colores con siglas. Pero a veces, en medio de la trifulca entre palmeros y proyectos de calado, hay un mordisco que te separa de la realidad, como lo hacen los perros cuando uno de ellos está demasiado concentrado en su lado agresivo. Un toque, no demasiado dulce, hace que la mirada se pare en otra estación. Y Tarsicio, de tanto pedir el AVE, es el protagonista de ese viraje de timón con el que se recordará el pleno. Si no fuera por él, sería una reunión comática. Que si el orden de las intervenciones, que si informes de secretaría. Que si instar a, modificar presupuestos, aprobar impuestos...que si «yo invito y paga otro», que si «ustedes no quieren a Ponferrada». Y el amor se demuestra cuando un edil olvida el orden del día para agradecer a otro su elegancia al asistir a los plenos. No podía dejar pasar el concejal más veterano de la corporación aplaudir a los «con traje». Porque eso le permitía afear a aquel Guerra «que siempre iba descamisao», su falta de decoro. Imperturbable, no hay quien le quite el comando al que puede dar lecciones de lo que es la permanencia en un discreto punto y seguido que a veces se convierte en obligada tilde para el equipo de gobierno. Ahora lo es, y hay mucho amor que darle para conservar la mayoría. Por eso el chascarrillo se quedó zarandeando en el techo del salón, sin que nadie se atreviera a deciren qué punto se recoge el comentario a la estética de los intervinientes. Hubo quien no pudo quedarse con el comentario en la garganta.De la Fuente lamentó que ahora la dignidad de un pleno se lleve en la ropa, el mismo día que Sánchez, en Moncloa, se enorgullecía de quitarse la corbata, gesto que pedía emular. Porque lo de poner el ventilador...
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