Me tenéis que perdonar porque sé que la alusión es muy macabra, me vais a acusar de ‘carroñero’ o cosas similares pero si se trata de contar lo que ocurre os aseguro que cada vez que veo una foto como la de hoy (o el objeto de la misma, que también lo pude observar en directo) me viene a la cabeza un histórico titular de la prensa leonesa, en el seguimiento del famoso ‘Crimen de la descuartizadora’, en un bar del Portillo que allí sigue, cerrado pero en pie.
Decía el titular en un enorme cuerpo de letra: «Aparece medio cuerpo de un hombre». Después ya daba más detalles, en sumarios y subtítulos. En el monte, en la carretera de Caboalles, cerca de León, que lo encontró un hombre que paseaba con su perro...
Conscientes de la conmoción que aquella noticia causó y el seguimiento de una población ansiosa de saber qué había ocurrido, a los pocos días, en un cuerpo de letra aún más grande, el nuevo titular sólo explicaba: «Aparece la otra mitad». No hacía falta más, todos los lectores estaban pendientes de la secuencia. El eterno ‘gancho’ de los sucesos, mal que nos pese.
No se si la intención del artista que creó esta obra es similar a la de los redactores de aquella noticia; no sé si se puede considerar trampa, antojo o trampantojo; pero tal vez venga bien la reflexión en estos días que se está celebrando en Madrid la famosa feria Arco, ésa que siempre ofrece titulares para el recuerdo aunque, la verdad, aún no se me ha ocurrido ninguno para el reportaje que acabo de ver en la televisión sobre esta cita artística en la que un montón de patatas sobre una mesa nos propone, dice el creador, «una profunda reflexión sobre la naturaleza y su fuerza».
No aclara si las patatas eran de la Cepeda, las mejores.
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