"Añoro la conexión con el público que había en los corros hace unos años"

Tras 33 años en los corros y tras retirarse como luchador, Roberto Rodríguez Bulnes pasará a ser árbitro

Fulgencio Fernández
11/06/2022
 Actualizado a 11/06/2022
Roberto Bulnes se muestra convencido de que Clemente ‘El Junco’ "jugaba otra liga", por eso tiene tan presente las veces que logró derrotarle. | MAURICIO PEÑA
Roberto Bulnes se muestra convencido de que Clemente ‘El Junco’ "jugaba otra liga", por eso tiene tan presente las veces que logró derrotarle. | MAURICIO PEÑA
Se hace difícil pensar en los corros de lucha leonesa sin que ande por allí Roberto Rodríguez Bulnes. Ya son 33 años viendo su figura, desde con 7 años lo llevara su padre, el inolvidable Nicasio, uno de los seguidores más fieles de este deporte, hasta los últimos corros disputados en la pasada Liga de Verano donde todavía ganó un corro en pesados, en Villavente de la Sobarriba, justo un día antes del lugar donde más le gustaría haber ganado, en su pueblo, Riaño. Al final de aquella Liga decidió retirarse, aunque tampoco él se veía lejos de los corros y ahí sigue... ahora como árbitro.  

–¿Cómo fue el salto de ‘arbitrado’ a árbitro? ¿No te veías lejos de la lucha y los corros?
–Es complicado, llevaba 33 años, desde los 7 hasta los 40. Lo pensé mucho pero soy consciente de que si iba a los corros como espectador acababa saltando al centro y así, siendo árbitro, pues ya no voy a tener la tentación.

–¿No te veías con fuerza? El año pasado todavía ganaste un corro.
–El año pasado fue extraño para mí, estaba como desubicado. Subí a pesados y no me encontraba agusto, no es mi peso natural aunque gané una Liga en ella; y si bajaba a semipesados perdía fuerza y hacían conmigo lo que les daba la gana. No me acababa de ubicar y la idea de retirarme cobró fuerza, pero me costaba trabajo verme lejos de la lucha.

–Mirando a esos 33 años, ¿cuál ha sido la mejor época?
–Para mí los de base. Era nuevo para mí, era todo ilusión y además no se me dio nada mal, gané títulos de todo:Liga, Campeón de Campeones, Provincial...

–¿Y de los años en categoría senior?
–Pues me quedaría con aquellos años de semipesados en los que Clemente jugaba otra Liga pero estábamos detrás un grupo de luchadores con una competición muy emocionante, con Sansón Cabero, David el hermano de Tomasuco, que por cierto, es uno de los mejores luchadores que he visto. Ya sé que Tomás es muy grande lo que está haciendo, nadie lo duda, pero para mí David era más luchador, ya le plantaba cara a Clemente cuando se lesionó.

–Dicen que David vuelve este año a los corros.
–La lucha lo agradecería, ya te decía que para mí es un luchador excelente.

–Ganaste una Liga¿Qué te gustaría haber ganado que no ganaste?
–El Provincial, sin duda, es un título que me gusta mucho, creo que luché seis finales y las perdí todas. En broma le digo a Nacho que yo soy el Nacho del siglo XXI.

–¿Alguna de esas finales que podrías haber ganado? Nacho perdió una sobre la bocina misma.
–Sí, la que perdí en Cistierna con Clemente. Nadie va a dudar lo que fue Clemente pero aquel día había ganado. Llevaba una caída y di otra entera de libro, pero me dieron media.

–¿Ahora que eres árbitro lo entiendes mejor?
–Sólo he arbitrado dos corros en la Liga por Equipos y ciertamente se ve de manera muy diferente. Intentaré que a nadie le pase como a mí pero será inevitable que lo piensen.

–¿Un corro que no olvidarás?
–Lo tengo muy claro, el único que gané en mi pueblo, en Riaño, que le gané la final a Clemente, creo que le controlé bastante bien, para mí fue una locura. Había ganado algunos corros cerca, en Liegos, pero en Riaño.

–¿Algún pueblo que se te haya resistido?
–Prioro. Nunca logré ganar allí y eso que era uno de los corros que más me gustaba. No pudo ser.

–Uno de los corros que más te gustaba, dices, ¿y los otros?
–Riaño, claro; Valdeón, que siempre me apuntaba por Santa Marina, el pueblo de mi madre; Cistierna y también me gustaba Lillo.

–Todos de la Montaña.
–Creo que es muy positivo para la lucha que los montañeses tiremos por lo nuestro y los de la Ribera por lo suyo, es la esencia de este deporte, como se puede comprobar y disfrutar en el Ribera contra Montaña, que a todos nos gusta y a los aficionados más.

–¿Qué rivales son los que más te ha gustado, los mejores con los que te has agarrado?
–Clemente y, como he dicho, David el de La Vecilla y me gustaba Dani el de Barrillos. Y tuve la suerte de llegar a luchar con quien era un referente para todos los de nuestra comarca, Ernesto. El día que se retiró, cuando perdió con Clemente en Riaño, en la ronda anterior me había tirado a mí.

–¿Cómo ves la lucha en la actualidad, tú que has vivido diferentes etapas en estos 33 años?
–Sinceramente, no me gusta mucho. Hay cosas que no me gustan como se hacen, promesas que se han hecho y no se cumplen. La verdad es que yo me siento de otra época, que siento nostalgia de algunos aspectos de la lucha de hace unos cuantos años.

–¿Por ejemplo?
–La conexión con el público, el ambiente en las gradas, la tensión. No digo la bronca, digo la pasión, esa que ahora solo se vive en los Ribera contra Montaña. Es cierto que esa pasión hacía que a veces pasaran cosas que se deberían evitar pero entre esas situaciones y estos corros de ahora, en los que no pasa nada hay todo un mundo. Y creo que son muchos los aficionados que añoran aquello.

–¿Qué fue lo más emotivo de la lucha para tí?
–Llevar, junto a Morín, la bandera de Riaño por los corros, que en el pueblo nos preguntaran, estuvieran pendientes de lo que hacíamos.

–¿Nicasio, tú padre?
–El más grande aficionado que dio la lucha. Nos seguía a todas partes hasta que la salud no le dejó. En los últimos años no iba porque decía que no le apetecía y lo que ocurría es que ya estaba muy enfermo pero no nos lo decía. Por supuesto que todas mis victorias, cuando yo apuntaba al cielo estaba pensando en él, ¡cómo me habría gustado que estuviera en la grada el día que ganéen Riaño! pero ya había fallecido, demasiado pronto.
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