Animales

La aparición de alrededor de medio centenar de ciervos muertos en los alrededores de Boca de Huérgano debería obligar a las instituciones a tomar medidas tanto admonistrativas o penales como sanitarias para evitar la propagación de enfermedades

La posible propagación de enfermedades hace que se despierte la indignación entre los vecinos y los ganaderos de la comarca
18/02/2015
 Actualizado a 27/07/2017
Tan dramáticas como las imágenes han sido las reacciones al contemplar los cadáveres de animales muertos, algunos de ellos decapitados, en las cunetas de las carreteras de la comarca de la Reina, en el extremo nororiental de la provincia leonesa, a las puertas del Parque Nacional de Picos de Europa. Allí, en un paraíso para el amante de la naturaleza, en un territorio privilegiado en todos los sentidos (menos probablemente en el de la población) que atrae cada año a miles de cazadores de todo el mundo, los animales sufren las consecuencias de las nevadas, que por su espesor les impiden moverse con normalidad, que les dejan extenuados, sin alimento, y en muchas ocasiones desorientados. Los vecinos de los pueblos, a los que los cérvidos llegan en busca de alimento o de calor, les han ayudado como han podido a sobrevivir, pero, ahora, han aparecido medio centenar de cadáveres de ciervos, por las cunetas, por los alrededores de las localidades de la zona, cadáveres a los que les han cortado la cabeza o los cuernos. La indignación vecinal es notable, y especialmente de los ganaderos, que ven cómo los animales muertos se quedan abandonados y pueden generar problemas sanitarios, pues la sarna ha jugado muy malas pasadas en la zona y podría extenderse a la cabaña ganadera. La situación existe una solución rápida.
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