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Ángeles en el infierno

22/10/2022
 Actualizado a 22/10/2022
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«Si la hubiera visto más, no habría salido tan torcido». Asombrosamente, Apolo, aquel rizoso efebo de mirar huidizo y palabras pausadas, compartía visión educativa con su padre. Íbamos caminando por una senda de piedra que emergía entre un césped insultantemente verde . Recorríamos amigablemente , alumno y profesora, la distancia que mediaba entre los dos edificios que conforman el instituto. Mi joven Apolo, se lamentaba sin reproches de que le habían dejado fuera de la Ebau de junio porque el profesor de plástica le había suspendido reiteradamente, con 4.9. «Ya verás la que me va a caer…esta vez veo la vara de mi padre, pero bien…» Sonreí con empatía ante lo que parecía una broma. El tono temeroso del chaval hizo saltar mi alarma. «Bueno, pero tú eres trabajador», ensalcé generosamente al atribulado suspenso, «ya, encima, mi hermano estudia bastante menos porque le tienen más consentido. Ha tenido menos vara. Si la hubiera visto más, no habría salido tan torcido».

¿Se acuerdan de las falsillas? seguro que las han empleado alguna vez, esas hojas de papel con líneas remarcadas, que –según el diccionario de la RAE– se pone debajo de otra en que se ha de escribir, para que aquellas se transparenten y sirvan de guía. Es curioso el nombre, falsilla, en cuanto la retiras la inercia es volverse a torcer.

La escritura pautada en los inicios, es un método contrastado. Algunos tendemos a escribir hacia arriba; algún experto en grafología diría que es cuestión de carácter, pero muchos tienden a precipitarse hacia abajo. Poco enseñan los golpes de vara. Solo convertir a su destinatario en un sujeto apático, deshumanizado y con la autoestima por los suelos. Para muestra bastan los análisis de causas de comportamientos de algunos psicópatas y criminales: No solo torcidos, sino retorcidos.

Y hablando de renglones, les recomiendo ver ‘Los renglones torcidos de Dios’ la última película de Oriol Paulo basada en la novela homónima de Torcuato Luca de Tena. Un thriller sorprendente que está llenando las salas de espectadores. Protagonizado por una Bárbara Lennie que logra un impecable personaje elegante. Recuerda a la sofisticada Kristin Scott Thomas en el papel de Katherine Clifton en el film ‘El paciente inglés’. ‘Los renglones…’ está ambientado en un psiquiátrico. Hay una escena en que emerge la protagonista, Alice Wood, en medio de un dantesco escenario poblado de locura. Entonces, alguien exclama: «No es usual ver a los ángeles en el invierno». Ni conveniente, ni necesario, querido Apolo.
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