Ángeles de colores

08/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Antonio Machín –perdón los más jóvenes por las antiguallas que manejo– ya pasó a la historia por haber sido el defensor de que también tenía que haber ángeles negros, por más que nadie los pintara. «Siempre que pintas iglesias / pintas angelitos bellos / pero nunca te acordaste / de pintar un ángel negro» dice su estrofa más repetida, tanto que llega a ser carne de karaoke, algo que seguramente nunca imaginó el cantante cubano.

Hoy, por suerte, ya todo el mundo (el Ku Klus Klan y afines perdonen la generalización) da por hecho que hay ángeles de todos los colores. Y niños de todos los colores, que viene a ser lo mismo.

En estos barullos que hoy resultan ser los carnavales la locura toma las calles. Cada cual intenta impactar, busca el disfraz más espectacular y sorprendente, desnudarse frente al frío, vestirse en medio del calor, llevar pelucas de Trump o flequillos de Puigdemont, de Franco bailando la cumbia o Belén Esteban pronunciando la lección inaugural del curso académico en la Universidad Rey Juan Carlos...

Da igual. Es cierto que sorprenden, que arrancan una sonrisa –exceptuando las charangas gaditanas, que arrancan mucho más– pero al final las cámaras de los fotógrafos, los que graban en vídeo o en el móvil, van a detener su mirada en estampas como la que hoy nos trae Mauri a esta página de salida de los días carnavaleros cuando ya andamos metidos en los entierros de sardinas o tomando la ceniza que nos recuerda que polvo somos.

Porque, sea carnaval o no, en estos tiempos lo que más llama la atención es la verdad. Y lo que siempre es verdad es un niño disfrazado de ángel. Míralo.
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