Baillo no es precisamente cualquier apellido en esta tierra. Su padre, también llamado Ángel, fue uno de los fundadores del Ademar en los sesenta y hoy un apasionado escritor de novelas que sólo deja a leer a algunos privilegiados. A su hermano, Javier, se le deben algunos de los mejores proyectos musicales que se han puesto en marcha en esta ciudad a lo largo de los últimos años, desde el llamado Goodman Collective hasta el reciente seminario de jazz celebrado en verano, pasando por sus variadas y siempre originales colaboraciones con Javier Arias. Pero el que llega este jueves a León (20:30 horas, en El Albéitar) es Ángel Baillo y lo hace con su grupo Playa Limbo. El grupo viene ahora por primera vez a la ciudad en la que nació Ángel, su bajista, pero cuenta con una trayectoria de más de 15 años que le ha convertido en uno de los nombres de referencia dentro de la música contemporánea mexicana, merecedores de varios discos de oro, protagonistas de diferentes giras internacionales y que, como la referencia más notable que resulta en estos tiempos, responsables de dos millones de reproducciones al mes en Spotify.
En aquel contexto de primeros de los ochenta, con muchos cambios en la calle y muchas ganas de cambiar entre la juventud, con Los Cardiacos, como ya se ha dicho, como referente, «era cuestión de tiempo empezar a formar nuestros propios grupos. El primero que recuerdo fue Ópera Prima, con Alejandro Díez, Pacho Rodríguez y Jordi Hidalgo. Yo de ahí me fui a La Fuga, un grupo con el que estuve mucho tiempo, y empecé a alternar con otros grupos del momento en León, como Deicidas y, finalmente, Cardiacos, que estuve un año y medio con ellos, de la mano de Carlos Suárez», recuerda Ángel Baillo, que se confiesa especialmente emocionado por regresar a su ciudad con el grupo en el que lleva tanto tiempo sobre los escenarios.También León tuvo su protagonismo en el desembarco de Baillo en México, puesto que llegó al país centroamericano acompañando nada más y nada menos que a los hermanos Quiñones en una gira por aquel país, llevando su estilo folk que tan poco tiene que ver con lo que hoy es Playa Limbo. «Por avatares de la vida conocí a mi esposa y me quedé en México, donde llevo ya 16 años». Como los de tantos leoneses que, tiempo atrás, tuvieron que cruzar el Atlántico en busca de los sueños, en el caso de Ángel Baillo los principios no tuvieron nada que ver con la música, su gran pasión: «En México yo estaba metido en negocios hosteleros, pero conocí a Jorge Corrales, actual teclista y fundador de Playa Limbo. Decidimos hacer un grupo con el que llevamos 16 años de trayectoria, discos de oro, giras por toda la república mexicana y Estados Unidos. En 2019 hicimos una gira por Japón, Australia y Tailandia y ya íbamos a regresar cuando estalló la pandemia». El grupo se considera originario de Guadalajara (provincia de Jalisco) y actualmente lo forman, además del leonés, Jass Reyes, Jorge Corrales y Servando Yáñez.
Habitual de las radios mexicanas, y con algunos cambios en la formación a lo largo de su trayectoria, la explicación del nombre de Playa Limbo viene porque, según cuentan sus componentes, «la idea era encontrar un sonido que transportara al oyente a un lugar (como una playa) donde solo se pudiera llegar a través de la ensoñación». Han publicado ya cinco discos, son habituales de las televisiones mexicanas y le han puesto la banda sonara a culebrones de los que ve absolutamente todo el país. ‘Piérdeme el respeto’, ‘Qué bello’, ‘Mi perdición’, o ‘Ahora es aquí’ han sido algunos de sus éxitos más celebrados de una carrera que, obviamente, experimentó un punto de inflexión hacia lo más alto cuando firmaron con la multinacional Sony BMG en el año 2007.«Siempre hemos tenido planes de trabajar en España, por curiosidad, por saber cómo reacciona el público a nuestra música, y obviamente porque yo soy español y me hace mucha ilusión volver a León, a mi ciudad, que la llevo en el corazón», afirma Ángel Baillo, que es el bajista de Playa Limbo desde sus inicios y que ya tiene un cierto acento mexicano en muchas de sus expresiones. «Son aún tiempos inciertos para la música. Este año lanzamos un disco bastante exitoso aquí, producido por Adan Jodorowsky, que es hijo del filósofo, un gran músico y productor. Tenemos bastante repercusión en plataformas digitales, traemos casi dos millones de oyentes mensuales en Spotify. Los proyectos siguientes van a ser reanudar las giras internacionales. La gira que hicimos por Asia nos alimentó esas energías, porque es muy impactante ver lo que ocurre con la música en castellano en lugares donde ni siquiera tenemos en común el habla. Y, quién sabe, si esta gira española va bien quizá podamos volver con otro formato, para festivales o algo así». Una apuesta original, sobre todo en España, un leonés (otro) que triunfa lejos de su tierra y una oportunidad para disfrutarlo este jueves.