Andrés Elosúa: "El Gobierno actuó como los tiburones de Wall Street"

Quien fuera cabeza visible de uno de referentes de la industria alimentaria de este país relata en un libro, que se presentará el próximo lunes en la Casa de León en Madrid, los acontecimientos que propiciaron su salida de la empresa familiar

Joaquín Revuelta
12/01/2023
 Actualizado a 12/01/2023
Andrés Elosúa Rojo flanqueado por Aurora Baza y el Padre Ángel recibiendo en 2018 la distinción de Abuelo de Oro de Mensajeros de la Paz. | MAURICIO PEÑA
Andrés Elosúa Rojo flanqueado por Aurora Baza y el Padre Ángel recibiendo en 2018 la distinción de Abuelo de Oro de Mensajeros de la Paz. | MAURICIO PEÑA
La Casa de León en Madrid servirá de escenario, el próximo lunes 16 de enero a partir de las 19:00 horas, de la presentación del libro ‘Confabulación contra Elosúa. Una empresa familiar’ (Punto Rojo), del que es autor Andrés Elosúa Rojo, quien desde el 20 de enero de 1984 hasta el 4 de septiembre de 1989 fue presidente de Elosúa S.A. y de su Grupo de Empresas. El autor del libro, que en su primera parte titulada ‘Historia de una traición’ narra con detalle los acontecimientos que provocaron su salida de la empresa familiar, estará acompañado en la mesa por Carlos Espinosa de los Monteros, ex alto comisionado de la Marca España; Ángel José Rojo, catedrático emérito de Derecho Mercantil, y Belén Molleda, presidenta de la Casa de León en Madrid, que oficiará como presentadora.

– ¿Qué motivo le ha llevado a querer contar en un libro, después de más de treinta años, los hechos que provocaron su salida y la de algunos miembros de su familia del grupo empresarial Elosúa?
– Lo primero que quiero aclarar es que el libro no se ha escrito ahora, el libro lo acabé de escribir en junio de 1990, pocos meses después de que sucediesen los lamentables hechos que acabaron con la empresa familiar Elosúa. Aquellos hechos fueron tan graves, tanto en la forma como en el fondo, que sentí la necesidad de escribirlos, sin saber exactamente para qué, tal vez solo, para dar rienda suelta a los sentimientos que me embargaban en aquellos momentos.

¿Por qué ahora decido publicarlos? Precisamente porque han pasado 33 años, porque las heridas ya no sangran, y porque es necesario que se conozcan, no ya los hechos que se produjeron, que son conocidos, sino la forma en que se produjeron, y que las conciencias se remuevan al comprobar que después de 33 años aquello no sirvió para nada, salvo para satisfacer el ego de algunas personas.

– Aunque fueron casos diferentes, ¿existe alguna similitud entre lo que fue la expropiación de Rumasa, el grupo empresarial de la familia Ruiz Mateos por parte del Gobierno de Felipe González, que tuvo lugar unos años antes, y la injerencia por parte de la Administración Pública en una empresa familiar como fue el caso de Elosúa? – Nada que ver, salvo que uno de los artífices en ambos casos fue el Gobierno. A Rumasa se la expropió, por motivos que no son del caso, y en Elosúa el Gobierno entró por la puerta falsa, utilizando los mismos medios que utilizan «los tiburones capitalistas de Wall Street», comprando a través de testaferros acciones de una empresa que cotiza en bolsa para hacerse con una parte sustanciosa de su capital.– ¿Hubiera sido posible ese asalto sin la ‘traición’ del miembro de la familia Elosúa que desempeñaba entonces un alto cargo en el Consejo de Administración de la empresa? – No hubiera sido posible, o hubiera en el caso de Elosúa S.A. sido muy difícil. Y desde el punto de vista moral o ético resulta especialmente lacerante para mí y para la familia, que durante los seis meses previos a la toma de poder, este familiar que pertenecía a la ‘Comisión delegada del Consejo’, y por lo tanto estaba metido de lleno en todas las decisiones de la empresa, no hubiese dado muestra de que estaba metido en una operación que iba a hacer que los cimientos de la empresa que su abuelo fundó y por la que su padre se había dejado la piel, lo mismo que sus tíos, se fuese a resquebrajar, y que sus cimientos estuviesen ya heridos de muerte. – Alude en la introducción de ‘Confabulación contra Elosúa’ una frase de su padre: ‘los negocios no tienen entrañas’. ¿Como empresario trató de rehuir de esa premisa o se vio obligado a tomar decisiones de las que a lo mejor hoy se arrepiente?– Personalmente no recuerdo ninguna operación de la que me tenga que arrepentir. Mis estudios los hice en la Universidad Católica del ICADE, pertenezco a la primera promoción de lo que después se denominó E-3, y si allí algo nos enseñaron es lo que es la ética en la vida y en particular en los negocios, que no es otra que la que mi padre nos enseñó a todos sus hijos y que en Elosúa, la historia ha sido testigo de excepción de haberla practicado permanentemente. – ¿Qué le resultó más doloroso de su salida de la empresa familiar?
– Pensar en mi padre, que toda su vida trató de inculcarnos a todos sus hijos el principio de la unión familiar, que si queríamos llegar a ser algo en la vida y llevar a la empresa a la cumbre que él soñaba, y como al final así fue, un nieto suyo, el mayor y de su mismo nombre, con su acción, y aliándose con gente que no era de su misma sangre y con la que no tenía nada en común, salvo su ansia de poder, acabase cargándose la empresa por la que él había luchado hasta su muerte.

– En la actualidad es presidente de la Fundación benéfico social ‘Miguel Ángel Elosúa Rojo’, creada por su hermano jesuita y que se ocupa de la formación de los más desfavorecidos. En 2018 recibió por esta labor la paloma del Abuelo de Oro de Mensajeros de la Paz, una distinción que no sé si para usted tiene ahora más valor y significado que su elección como empresario del año en 1987 por la revista Mercado en directa competencia nada menos que con Mario Conde.

– El Padre Ángel, y Mensajeros de la Paz, con los que la Fundación Elosúa Rojo colabora y ayuda, tuvieron la delicadeza de distinguirme como Abuelo de Oro. Abuelo soy, de oro seguro que no, pero se lo agradezco. Las distinciones empresariales y de otro tipo otorgadas a los gestores de empresas, distinguen a personas, que son cabezas visibles de algo, pero lo que en definitiva premian es la labor de un equipo que está en la sombra y es el autentico destinatario y merecedor de las mismas.

– ¿Qué mensaje ha querido transmitir con la publicación de ‘Confabulación contra Elosúa?

– Remover las conciencias de los que intervinieron en aquella operación, aunque ya no sirva para nada, para pedir perdón, no a los que fuimos masacrados a nivel personal y moral, entre los cuales no solo estábamos los hermanos Elosúa, sino otros altos ejecutivos de la misma, como el secretario general, Juventino Pertejo Fidalgo, que no cometía más pecado que después de estar codo con codo trabajando durante 38 años con mi hermano Marcelino, siendo su sombra, no solo no se le agradeció nada sino que por no haber estado al lado de su hijo, se le echa de la empresa sin un mínimo gesto de agradecimiento.

¿Y por supuesto también habría que pedir perdón a León y a los leoneses, a los cordobeses, a los marteños, almerienses, cántabros, asturianos, gallegos, etc, etc, y tantas otras localidades donde la empresa Elosúa tuvo establecimientos, y que por satisfacer el ego de tres personas, dieron al traste con la empresa Elosúa y con la familia que la había llevado adelante.

Y yo tengo que pedir perdón por no haber sabido o podido gestionar aquella crisis para evitar que se produjese lo que lamentablemente se produjo.

De todo eso hablo en el libro y de otras muchas cosas más.
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