– Eres una persona muy comprometida con la educación infantil para la lectura, a tu juicio uno de los grandes instrumentos de formación del ser humano. En esta ocasión vas a mantener un encuentro con alumnos del IES Juan del Enzina y has elegido para ello tu primera novela, ‘El mapa de los afectos’ (Destino), un género que has abordado en plena madurez como escritora. Decías en una entrevista que la literatura tiene que dialogar con todas las edades. No sé si en el caso de los más jóvenes la novela resulta más atractiva que por ejemplo la poesía, un campo en el que te iniciaste como escritora, o el cómic, por el que también has mostrado un gran interés.
– Creo que la literatura de calidad y enseñada con pasión, puede conectar con muchos jóvenes lectores. En este caso pensamos que la novela, al ser coral y tocar universos de personajes de diferentes edades, podríamos establecer un gran abanico de reflexiones y diálogos. Lo importante es la variedad de oportunidades que ofrece cada obra: un buen libro de poemas, una buena novela o un buen cómic…, todo ayuda a formar lectores, a generar interés y asentarlo. Los lectores jóvenes tienen que interiorizar su experiencia rodeados de buenos libros. El criterio y la sensibilidad de los educadores es clave, porque en esa variedad de lecturas está la semilla.
– ¿La consecución del Premio Nadal por tu primera novela te ha dado mayor confianza para seguir en el género, dado que en poco tiempo has publicado una segunda novela? – Escribir es mi pasión. Comencé a publicar poesía muy joven, pero también escribo ensayo y teatro. Esta vez mi mirada literaria me pedía escribir novelas. Las palabras se van articulando dependiendo de la trama y la atmósfera. La novela ‘Amigo’ la había empezado en 2019, y ya incluso en 2018 estaban macerando muchas ideas. La anterior novela, ‘El mapa de los afectos’ ya estaba terminada en el verano de 2019, y la fortuna del Premio Nadal permitió que llegara a los lectores con rapidez, pero ya me había metido de lleno en la experiencia de escribir novelas porque mi pulsión creativa me pedía indagar ese espacio. – ‘Amigo’ parte de un trabajo de investigación del archivo personal de Joaquín Amigo, uno de los amigos de Federico García Lorca. ¿Cómo ha sido trabajar desde la ficción con materiales reales? – Vengo del mundo académico de la investigación por lo que he podido disfrutar muchísimo. Esta novela, son tres en una, está la parte introspectiva de la ficción de campus y las luchas de poder, está el entramado del archivo real con la experiencia de un investigador y sus primeras semanas de trabajo, y luego la construcción de las peripecias ficticias con personajes que buscan respuestas en la literatura. Todos esos elementos armonizando y ofreciendo al lector reflexión y disfrute. – También sigues cultivando el relato corto en dos publicaciones muy diferentes aparecidas recientemente como son ‘Olfato de gol’, sobre el mundo del fútbol, y ‘Doce visiones para un nuevo mundo, ¿hacia donde camina el ser humano?’. No sé si tu relato se mueve más en la utopía o en la distopía. La pandemia y ahora la guerra invitan más a esto último. – Ya escribí una obra de teatro titulada ‘La Redención’ con Reino de Cordelia que apareció publicada en 2016 donde tocaba el tema de las distopías, y reflexionaba sobre la contaminación en un futuro cercano. Sin embargo, en todo lo que escribo hay siempre un guiño esperanzado. En ambos cuentos hay personajes que tienen una pulsión salvadora y que ayudan al prójimo con convencimiento. Ese tipo de personas son fundamentales y por eso, me gusta desarrollarlas como personajes en los espacios literarios. 
– No sé si el cine ha sido una gran influencia en tu actividad como escritora. – El cine también ha sido muy importante, por eso en ‘Amigo’ hay varios guiños al cine mexicano y a las películas estadounidenses de ciencia ficción. También la película ‘El Filandón’ de Chema Sarmiento me marcó muchísimo de niña, me encantó. Además salía mi tío Roberto haciendo de boticario y están todos los escritores.
– ¿Sigues viviendo en Estados Unidos? ¿Cómo valorarías tu larga experiencia americana?
– En Iowa tengo la cátedra y puedo investigar. La experiencia americana me ha dado madurez y perspectiva. En ese país he vivido muchas vidas, llegué allí en 1995, y no he parado de crecer. Además, he estado viviendo en varios estados: Ohio, Pennsylvania, Carolina de Norte, Nueva Inglaterra y ahora Iowa. Es un país sorprendente y muy variado, donde he aprendido a ser novelista.
– ¿Y qué lugar ocupa León?
– Representa la felicidad de mi infancia y a mi familia. Por eso mi novela ‘Amigo’ hace un homenaje a León con el personaje de Sabino Viñuela, un leonés que vive en Alemania y que nunca deja de pensar en León. Es el motor de energía buena de mi novela, es luminoso, es musical, es alegre… y además toca el órgano.