Ana Luisa Amaral: "La poesía es tierra de nadie con gente dentro"

Traducida a decenas de idiomas, admiradora confesa de Gamoneda, esta profesora de la Universidad de Oporto recibe este viernes en el Auditorio el recuperado galardón literario

David Rubio
15/10/2020
 Actualizado a 15/10/2020
Amaral es una de las seis mujeres que, hasta ahora, han recibido el Premio Leteo. | FACEBOOK DE LA AUTORA
Amaral es una de las seis mujeres que, hasta ahora, han recibido el Premio Leteo. | FACEBOOK DE LA AUTORA
La poeta portuguesa Ana Luisa Amaral (Lisboa, 1956) recibe este viernes en el Auditorio Ciudad de León (20:30 horas, con entrada libre hasta completar 150 plazas y los correspondientes protocolos Covid) el Premio Leteo. una escultura de Amancio González que ya reposa en las estanterías de otros 16 autores de todo el mundo. El galardón más internacional de cuantos concede León en materia de cultura vuelve a hacerse realidad tras una ausencia de dos años, y lo hace reconociendo la obra de esta poetisa y profesora de la Universidad de Oporto  que ha sido traducida a decenas de idiomas pero no había sido publicada en España hasta hace muy poco.

– ¿Qué sabía de la ciudad de León antes de que llegara la noticia de la concesión de este premio Leteo?
– Yo que viajo tanto, por tanto mundo, nunca he estado en León, pero he oído que es una ciudad muy hermosa. Lo que supe en el pasado lo aprendí de la Historia sobre los reinos de Castilla y de León. Es imposible pensar en la historia de Portugal sin que España entre en la ecuación, sobre todo para la gente de mi generación, a la que se nos enseñó en la era fascista de Salazar que los españoles habían sido invasores, que no les gustaban los portugueses... Tonterías. ¡Tenemos mucho en común!

– ¿Conocía la existencia del premio?
– No, lamentablemente no. ¡Pero mis amigos españoles lo conocen!  

– Vive usted en el norte de Portugal, un territorio cercano a la provincia de León. ¿Cuál son a su juicio las similitudes y las diferencias entre ambos? ¿Cree que se debería potenciar más la unión no sólo física sino de conocimiento entre ambas zonas?
– No sé responder sobre las similitudes y diferencias entre León y Portugal. Incluso Portugal tiene diferencias, por ejemplo entre el Algarve y el Minho... Pero de una cosa estoy segura: creo que es fundamental fortalecer la unión física leonesa y portuguesa, como la que ya existe entre Galicia y el norte de Portugal. Te doy un ejemplo: me han traducido en Suecia, Holanda, Italia y muchos otros países de Europa, y me han traducido al español en varios países de Latinoamérica, como Colombia, Venezuela, México ... Esto lleva casi 20 años pasando. Pero solo en 2015 tuve mi primer libro (‘Oscuro’, Olifante, trad. Luis María Marina) traducido a España, y hace solo unos meses también tuve mi segundo libro en España (‘What’s in a Name’, trad. Paula Abramo, Sexto Piso). Es algo cuanto menos extraño, ¿no?  

– Aquí se habla a menudo de una ‘literatura del Noroeste’, en la que encajarían muchos escritores leoneses, gallegos… por tener un paisaje similar y un concepto más o menos parecido de la escritura. ¿Se vería usted en esa ‘literatura del noroeste’?  
– En muchos poemas, sí, claro. Aunque creo que la poesía siempre atraviesa tiempos y lugares. Pero sí, siento una inmensa afinidad por los gallegos, así que lo sentiré también por los leoneses cuando los conozca mejor. De hecho, ya conozco a Amelia y Antonio Gamoneda... ¡Y los amo!  

– Ya que cita a Gamoneda,  ¿qué autores leoneses conoce?
– Antonio Colinas, narrador, y sí, António Gamoneda, el gran poeta, del que soy amiga e inmensamente admiradora, así como a su hija, Amelia Gamoneda.  

– ¿Qué momento vive la poesía hoy en día?
– Un momento, en mi opinión, un poco flaco, un poco anoréxico...

–¿La pandemia nos va a obligar a repensar el concepto de poesía? ¿Y el de ficción?
– Completamente. Así como lo han hecho y en algunos casos lo continúa haciendo las grandes catástrofes sociales y políticas, las guerras, la tragedia de los refugiados. La poesía, aun atravesando tiempos, siempre pertenece a su tiempo y pertenece al mundo. Entonces, ¿cómo podemos ser ‘inmunes’ a este cataclismo global, que incluso ha creado tanta pobreza y devastación humana? Por supuesto, esto se reflejará en la poesía y la ficción. Quizás en la ficción los efectos son más rápidos, porque la ficción no puede vivir sin verosimilitud, mientras que la poesía es siempre más esquiva. Pero estos efectos también llegarán a la poesía, no tengo ninguna duda.  

– Usted tiene un programa de poesía en la radio pública, pero aquí la literatura no tiene demasiada presencia en los medios. ¿Por qué cree que es bueno que la poesía llegue a los medios de comunicación de masas?
– Mi programa va en nuestro mejor canal público, Antena 2, y es semanal, y me encanta hacerlo. Fue el primer programa de radio en Portugal con este formato: elijo un poema, lo traduzco (si no es portugués y está escrito en inglés, francés, español o alemán, idiomas que conozco) y luego hago un comentario. Luis Caetano, un gran hombre de nuestra radio pública, presenta el poema. Propuse este programa en 2016, Luis habló con su jefe y éste aceptó la experiencia. Se suponía que solo serían 6 meses; ¡Han pasado casi 4 años y casi 200 poemas! ¡Y continuará!

– Su último libro de poesía reflexiona sobre la importancia de los nombres. ¿Cree que cuestionar el lenguaje es necesario para crear una buena poesía?  
– Siempre. No se hace a propósito, no pienso «ahora, voy a cuestionar el idioma». Pero la poesía es siempre transgresión, siempre es una nueva forma de utilizar el alfabeto muy antiguo que es común a todos. Antonio Gamoneda dijo una vez que la poesía era «una patria dentro de una patria». A menudo cito esta hermosa frase suya. Y además suelo agregar, cuando hablo de esto, que quizás la poesía también sea tierra de nadie con gente adentro.

– ¿Cómo podemos escaparnos de la «prisión del lenguaje» a la que hace referencia alguno de sus versos?  
– No podemos. Y solo en esta prisión, y desde esta prisión, podemos cantar, libres.
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