Amistades que no entienden de edad ni de cuarentenas

Un grupo de universitarios están realizando llamadas periódicas a una veintena de personas mayores de la capital que están pasando solas este confinamiento

Víctor S. Vélez
06/04/2020
 Actualizado a 06/04/2020
Uno de los universitarios que forman parte de la iniciativa solidaria. | L.N.C.
Uno de los universitarios que forman parte de la iniciativa solidaria. | L.N.C.
El factor humano, la puesta en práctica de iniciativas solidarias de diversa índole, está siendo la lectura más positiva que se puede sacar de las últimas y difíciles semanas de confinamiento por el coronavirus. Muchas de ellas sobrepasan barreras generacionales, como es el caso de un programa nacido en la Universidad de León (ULE) por el cual un grupo de estudiantes realizan llamadas periódicas a personas de la tercera edad que están pasando el confinamiento para frenar al Covid-19 sin ninguna compañía.

En concreto, esta iniciativa ha partido de la Facultad de Educación y se está coordinando con la colaboración de Cáritas. El sacerdote y profesor universitario de Religión Jorge de Juan ha sido quien ha impulsado esta campaña de llamadas telefónicas para que los jóvenes universitarios de León ayuden a hacer frente a la soledad. Por el momento, se están realizando más de 90 llamadas a la semana a un listado de una veintena de personas con las que se mantiene un contacto regular.

Según explica Jorge de Juan, esta metodología que está poniendo en práctica con sus alumnos se denomina "aprendizaje-servicio". A través de ella, se consigue ayudar a la comunidad al tiempo que se adquieren competencias curriculares. "Los testimonios que nos van llegando es que los alumnos quieren seguir colaborando y los mayores también están encantados de poder expresarse, hablar y contar sus historias", explica el profesor del Campus de Vegazana.

Los alumnos realizan de forma semanal más de 90 llamadas y se encuentran coordinados desde Cáritas La intención de este solidario grupo de alumnos del Grado en Educación Primaria es continuar con la iniciativa "mientras se prolongue la cuarentena", puesto que están creando un vínculo personal con las personas mayores a las que están atendiendo a través del cableado telefónico. Jorge de Juan también asegura que esta campaña prueba "el compromiso cristiano" de los jóvenes leoneses que están ayudando a reinventar en tiempos del coronavirus el proyecto 'Soledad cero' que tiene abierto Cáritas en la Agrupación Parroquial de San José.

"Una experiencia significativa"


Los voluntarios que están participando en la campaña de llamadas aseguran que está siendo "totalmente diferente" a todo lo realizado hasta ahora en su paso por la ULE. Gemma Cuervo, Iván Álvarez y Andrea Fernández son tres de los universitarios que forman parte de una iniciativa que se aseguran está siendo "una experiencia significativa".

De esta manera, Gemma Cuervo asegura que "está siendo gratificante" y mantener contacto con José Luis, la persona con quien le ha tocado compartir ratos al otro lado del teléfono, "no le está dejando indiferente". "Él me cuenta que ha tenido una vida complicada y pone por encima de todo a sus nietos. Me recuerda a mi abuelo, más ahora que echo de menos poder ir a verle y abrazarle", expone esta alumna de la Facultad de Educación asegurando que le "prestaría" seguir hablando con su contertulio una vez pase la cuarentena.

Conversando con Encarnita


Por su parte, Iván Álvarez tiene 21 años y está manteniendo un contacto periódico con Encarnita, quien ya ha cumplido los 80. "La primera vez que llamé estaba nervioso y no sabía qué me iba a encontrar, pero fue una mujer muy afable que me contaba cómo echaba de menos ir a misa, a comprar o estar con sus amigas. Hablando sobre el coronavirus me tranquilizó más ella a mí que yo a ella. Encarnita se refugiaba, sobre todo, en la fe y en Dios para pasar este trago", relata este universitario.

También "agradecida" se mostró la interlocutora de Andrea Fernández, otra alumna de la ULE que está manteniendo contacto con una viuda leonesa que solo ve a sus hijos unos minutos cuando le llevan la comida. "Con las clases por videoconferencia, tenemos tiempo para iniciativas de este tipo. Para ellos es una distracción el rato que compatimos y, así, se sienten acompañados en unos momentos tan complicados", comenta la estudiante universitaria.
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