En la escuela nos enseñaron que en el tiempo de las cavernas descubrimos el fuego frotando piedras o ramas. Desde entonces, los niños intentan inventar el fuego. Nunca lo consiguen». Y así es como miran a los mayores, como miran a sus padres, y los admiran, los ven grandes y buenos, sin darse cuenta jamás de que para inventar el fuego sacan una cerilla de la caja, la frotan y arde.
Todos los niños conocen a un gigante que todo lo puede, su padre,y a un ser que es el mayor depósito de ternura del mundo, su madre. No intentes llevarles la contraria, perderás al mejor amigo que podías tener.
Por eso para muchos niños es un sueño ser papones, como su padre o su madre, desfilar, como tantas veces ha visto en los ensayos y en la Semana Santa, lucir el traje. Yno le cuentes películas, jamás te va a admitir que sus túnicas están hechas con bolsas de basura, que sus capillos son de cartulina, que sus cintos son de trapo.
Yes que no lo son, bien lo saben ellos.
Además, a alguien se le ha olvidado hacerles el agujero para que puedan ver ese mundo que no es como ellos lo han soñado, como lo han imaginado, como lo viven cada día.
La única pena es que la trampa no vale, que alguien les abrirá los ojos, que crecerán, que conocerán otros mundos.
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