Algo tendrá el agua

13/01/2021
 Actualizado a 13/01/2021
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Dicen que la desgracia inevitable de los antitaurinos es que, lo quieran o no, jamás podrán evitar el lenguaje taurino, cargado de imágenes, figuras y un anecdotario que se nos ha metido en la vida porque lo que jamás podrás evitar es que «haya gente pa'tó».

Algo parecido ocurre con los no partidarios —o, cuando menos, los no practicantes— de la causa de la llamada Santa Madre Iglesia. Lo quieran o no se han de desayunar con la primera página de todo tipo de medios con la imagen de la llegada del nuevo obispo a la ciudad, porque es un personaje en la diócesis, una figura para la que mira demasiada gente esperando que diga algo. De lo divino y de lo humano. Porque en las fotografías de tantos álbumes nunca faltará la beatífica imagen del niño vestido de capitán de la marina y la niña en loor de santidad.

Ya lo decía el gran Antonio Pereira, el maestro, «lo quieras o no si Mondoñedo es importante lo es porque tiene obispo... Y ya ni te cuento Astorga, que además tiene palacio».

Hasta los mayores enemigos saben que no hay mejor escenógrafo y coreógrafo que quien diseñó la puesta en escena de los viejos ritos: el oficio de tinieblas, los oficios del Viernes Santo, la misa nueva...

En fin, qué os voy a decir, que por mucho que huyas acabarás reconociendo que «algo tendrá el agua cuando la bendicen».
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