Brillaron los españoles. El palmarés del norteamericano Zach Miller o del británico Mathew Roberts dieron ‘glamour’ a la prueba, pero no valieron de nada una vez la carrera abandonaba Santa Cruz para adentrarse de lleno en la montaña, que aún con la primavera a la vuelta de la esquina, les recibía con una alfombra de nieve, sello de una de las pruebas con más tirón del momento.
Egea lideró la carrera hasta que se cayó en el Pico Negro, lo que permtió a gil ponerse al frente de la carreraLa lucha por el triunfo en la competición masculina fue una de las más apretadas de la historia de la prueba. Aritz Egea, que llegaba sin hacer mucho ruido, escondido entre las primeras espadas internacionales, demostró desde el primer momento que no se iba a conformar con un papel secundario.
El atleta vasco lideró la carrera desde el principio, aunque presionado siempre por Gil e Ismail Razga. Todo dio un vuelco en el descenso de Pico Negro, la última cima antes del descenso. Egea pagó su ambición con una caída que permitía a sus perseguidores darle caza y superarle.
Fue el momento del ‘rey’. Gil se puso al frente de la prueba y ya no cedió hasta entrar en la plaza de Santa Cruz, parando el cronómetro por debajo de las tres horas, lo que le permitió repetir victoria y volver a grabar su nombre en la historia de una prueba que va camino de convertirse en un clásico.
En el podio le acompañaron el marroquí Ismail Razga, segundo a menos de dos minutos de distancia, y el berciano de Valseco Manuel Merillas, que superó una lesión de última hora y dejó el pabellón local en lo más alto.
En la competición femenina Azara García sorprendió a Oihana Kortazar. La ganadora del año pasado tuvo que conformarse con el segundo puesto ante el ímpetu de la campeona de Europa de Skyrunning, que tomó el mando desde los primeros kilómetros y mantuvo a raya a la gran favorita, que tendrá que esperar otro año para conseguir el póker de victorias en la Alto Sil.
El último escalón del podio en categoría femenina fue para Eva Fernández, con un tiempo de 3:50:21.
El Pico Negro, clave
El Pico Negro volvió a ser trascendental. Así lo reconoció el propio Alfredo Gil. «Sabía que me la tenía que jugar ahí, quería que Aritz me sacara lo menos posible antes de la cima y bajando me he vaciado», confesó el salmantino, que destacó, además de la dureza «extrema» del recorrido berciano, el alto nivel de los atletas de esta edición. «Fue bastante más duro que el año pasado, la gente venía muy fuerte, sobretodo Aritz, lástima que se haya caído bajando. Ha sido una carrera muy disputada, solo he podido ponerme primero en el descenso y no me vi ganador hasta el final».
No fallaron los atletas y tampoco falló el público. Los bercianos se volcaron con la Alto Sil, que contó este año con la participación de casi medio millar de corredores, un récord que la organización espera volver a batir el próximo año.