Alejandro Dumas baila a Chopin

El ballet de John Neumeier ‘La dama de las camelias’ adapta la novela que inspiró ‘La traviata’, pero con música del compositor polaco. Los cines Van Gogh ofrecen este jueves la retransmisión realizada desde el Bolshói de Moscú

Javier Heras
15/03/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Svetlana Zakharova encarna a la heroína de la novela de Alejandro Dumas. | DAMIR YUSUPOV
Svetlana Zakharova encarna a la heroína de la novela de Alejandro Dumas. | DAMIR YUSUPOV
El argumento nos suena: en el París de mediados del XIX, un poeta burgués se enamora de una cortesana. Ella al principio se resiste, fiel a la vida de lujo que le brindan sus adinerados amantes, pero acaba colada por sus huesos. Hasta que el padre de él la obliga a que lo abandone para no perjudicar la reputación de su familia. Y ella, por amor, lo hace; incluso resiste la humillación pública. Muere sola, de tuberculosis. No hace falta tararear las melodías de Verdi para que asociemos esa trama a 'La traviata'. Sin embargo, también ha inspirado obras de teatro, películas, musicales y varios ballets. En 1978, el estadounidense John Neumeier presentó en Stuttgart una versión que se ha consolidado como un clásico contemporáneo.

Con permiso de Pina Bausch, Neumeier es el coreógrafo más influyente de las últimas décadas. Nacido en Wisconsin (1939), pronto se mudó a Europa: estudió en el Royal Ballet, fue protegido de John Cranko en Stuttgart, saltó a la dirección en Fráncfort y desde hace cuarenta años lleva el timón del ballet de Hamburgo. En una época en que predominaba lo abstracto, él volvió a contar historias. Graduado en Literatura inglesa, ha concebido un centenar de trabajos que aúnan el dramatismo contemporáneo con una forma clásica y una vocación narrativa.

A finales de los 70, estaba empeñado en crear un gran papel para la bailarina brasileña Marcia Haydée, futura directora del ballet de Stuttgart. Su idea inicial era Cleopatra, pero una noche quedaron para cenar; ella estaba exhausta tras un largo día de ensayos. “Vi en su cansancio una increíble belleza y vulnerabilidad, y le dije: te quiero exactamente así para ser la dama de las camelias”, recuerda.

El libro de Alejandro Dumas hijo (1848), traducido a más de cien lenguas, se basó en su breve relación con la prostituta Alphonsine Plessis, enterrada en Montmartre a los 23 años. Neumeier respetó no solo el título, sino también la original estructura de flashback y la presencia de un personaje externo, Manon Lescaut. El autor conocía la novela del Abate Prévost, cuya frívola protagonista le recordaba a Margarita Gautier. Este ballet refuerza el paralelismo entre las dos, y plantea un ballet dentro del ballet cuando Margarita va al teatro.

Este jueves, a las 20:00, Cines Van Gogh retransmitirá La dama de las camelias desde el Bolshói de Moscú. Uno de sus rasgos más sorprendentes es la música. Si el británico Frederick Ashton había recurrido a Liszt para Marguerite and Armand, Neumeier optó por Chopin. No es la primera vez que elige piezas no bailables: ya adaptó las sinfonías de Mahler, el Requiem de Mozart o el Oratorio de Navidad de Bach. El genio polaco (1810-1849) vivió en el vibrante París del que hablaba Dumas, como Victor Hugo, Balzac, George Sand, Delacroix, Rossini o Berlioz. Llegó en 1831, procedente de Varsovia, y permaneció hasta su muerte… precisamente de tuberculosis.

Aunque no compuso para la escena, el coreógrafo hace que lo parezca, al combinar con musicalidad y sentido dramático distintos preludios, sonatas, nocturnos, conciertos y valses. Por supuesto, el piano es el epicentro de todo. Chopin extrajo del instrumento -el único para el que compuso- todo su potencial poético, sus colores y resonancias mediante la dinámica, el uso del pedal y la digitación. Fue probablemente el pianista más original de la historia: influyó durante todo el siglo XIX y llegó hasta Debussy. Su ejecución era distinta, contraria a las reglas, fruto de su formación autodidacta.
Archivado en
Lo más leído