Durante muchos minutos, la sorpresa sobrevoló Alcobendas, pero a un Cleba de dos caras le pesó más la mala. Porque tras una primera mitad excelente, que le llevó a irse tres arriba (14-17) al descanso; llegó una segunda para olvidar, en la que fue barrido de la pista por el equipo madrileño, que le ganó de 10 ese periodo y acabó imponiéndose por un contundente 31-24.No fue un paso atrás en la lucha por la salvación, que sigue a dos puntos tras pinchar Villaverde y Valencia, pero sí una oportunidad perdida de haber dado un paso inesperado hacia ella.
Porque, con las circunstancias, pensar en sumar se antojaba casi imposible. Y es que las lesiones impidieron la participación de dos jugadoras claves: la central Tati Lozano y la portero Ana Belén. Dos ausencias por problemas físicos, que desde el club habían intentado tapar en la previa y que acabaron siendo una losa demasiado pesada.
Un parcial de 6-0 le dio la vuelta al encuentro cuando el Cleba nunca había ido por detrás e iba ganando 13-17 Y eso que la puesta en escena, en el apartado ofensivo, fue inmejorable. A golpe de tantos de Raquel Caño, que marcaba cuatro de sus cinco ‘dianas’ en los nueve primeros minutos, y con Ayling Martínez, máxima goleadora con seis, tres de ellos en ese primer acto, como principal escudera, el Cleba nunca fue por detrás en el marcador en esos 30 primeros minutos, alcanzando su máxima renta, de tres, justo para irse a vestuarios.
Pintaban bien las cosas e incluso, en el arranque de la segunda, la distancia llegó a ser de cuatro (13-17).Pero entonces se apagaron las luces. El ataque dejó de funcionar y, con un tremendo parcial de 6-0 en más de 10 minutos sin marcar del Cleba, Alcobendas le daba la vuelta al choque (19-17).
Sus dos refuerzos de esta semana, las serbias Tanic y Aleksic, jugaban un papel fundamental (marcaron cinco y cuatro goles respectivamente), y aunque hasta el minuto 48 el Cleba estaba vivo, pues seguía a sólo uno (22-21), ahí llegó el tirón definitivo.
Otro parcial, ésta vez de 4-1, rompió definitivamente el encuentro al colocar, a 7 para el final, un 25-21 que sería decisivo, hurgando en la herida y agrandándola las madrileñas en los últimos minutos, pues cerraban el partido con los siete que eran su máxima ventaja.