Alcobendas 24 - Abanca Ademar 25: 'Más sufrimiento del esperado, pero con el resultado deseado'

El conjunto leonés sobrevive a su mal partido y gana al colista / Con 23-24 a falta de 2 minutos decidieron un gol de David y una parada de Biosca

Jesús Coca Aguilera
24/03/2019
 Actualizado a 16/09/2019
Biosca detiene un balón ante la mirada de David Fernández. | JAVIER QUINTANA
Biosca detiene un balón ante la mirada de David Fernández. | JAVIER QUINTANA
La clasificación para la ‘Champions’ no sólo se logra brillando y ganando a los rivales directos, sino tambiénsacando adelante esos partidos contra equipos de la zona baja el día en el que no estás bien.

Son puntos que en junio no recuerdas, pero que marcan la diferencia. Que definen que logres o no tus objetivos. Que se explican a la perfección con los dos que ayer sacó el Abanca Ademar en la pista del colista.

Con más sufrimiento del esperado, pero con el resultado deseado. Así regresó la escuadra leonesa de Alcobendas, donde se impuso por la mínima (24-25) tras un pésimo encuentro en el que supieron sufrir para sobrevivir y salir victorioso del igualado final.

Y es que, cuando parecía que por fin el conjunto leonés había roto el choque, se atascó en ataque y el aguerrido equipo madrileño regresó a él. Una diferencia de cuatro goles, la máxima de todo el encuentro, había puesto José Mario Carrillo a nueve minutos para el final, pero en el resto del encuentro los leoneses sólo marcaron un gol.

Erró un penalti el extremo para haberse ido 5 arriba y, como hormiguitas, tirando siempre de corazón y garra para suplir la abrumadora diferencia física, el Alcobendas fue limando distancias.

El Ademar sólo metió un gol en los últimos 9 minutos, en los que había entrado con su máxima ventaja (20-24) Primero Manu Catalina ponía el 21-24, pero con sólo cuatro y medio por delante la distancia parecía grande. Después Pelidija les colocaba a dos, lo que con tres por jugarse ya era un grito desesperado de ¡cuidado! para el Ademar. Y cuando en un contraataque Gonzalo Velasco ponía el partido en un pañuelo (23-24) todas las alarmas se encendían.

El Alcobendas llegaba con opciones de dar la sorpresa. De repetir la ‘campanada’ que esta temporada ya dieron en su pista contra Guadalajara, Anaitasuna y Granollers.Rafa Guijosa, visiblemente enfadado, pedía tiempo muerto para intentar aclarar las ideas.

Y entonces, en las dos acciones más importantes del choque, acertó el Ademar. Primero viendo puerta, con un gran lanzamiento desde nueve metros de David Fernández que volvía a poner los dos goles de ventaja y rompía más de seis minutos de sequía. Y después defendiendo bien y estando acertado para detener el tiro de Alfonso de la Rubia un Nacho Biosca que, un día más, volvió a ser el más destacado de leoneses.

Los leoneses habían estado al borde del precipicio pero habían conseguido evitar caerse en él. Y es que no había tiempo para más, aunque Pesic se topara con el poste en el último ataque ademarista y, en la defensa final, Carou y Simonet fueran excluidos, acabando el Ademar con cuatro jugadores de campo y marcando Alfonso de la Rubia con el reloj ya a cero un penalti que colocaba el definitivo 24-25 en el marcador.

El Alcobendas nunca llegó   a empatar el choque en la segunda parte pese a ponerse hasta 5 veces a uno Los dos puntos se volvían para León, poniendo fin a 60 minutos más de agonía que de disfrute. Dejando en el olvido esa primera parte de alternativas y errores en ambas escuadras, en la que quizá la escuadra ademarista pecó de un exceso de confianza. En la que, aunque comenzó mandando el Ademar 0-2 porque el Alcobendas tardó más de cuatro minutos y medio en marcar su primer gol, a los 12 minutos ya había tenido que pedir tiempo muerto Guijosa porque se había puesto por primera vez por delante un equipo madrileño que incluso llegaría a tener una máxima renta de dos (6-4) en el marcador.

Reaccionaban los visitantes de la mano de Mosic (que volvió a cuajar una buena actuación y fue el máximo goleador del partido con cinco tantos de seis lanzamientos) y con un gran trabajo en seis metros de un Pesic al que una defensa con menos kilos y centímetros de lo que suele ser habitual en Asobal sufría para frenar. Y, con un parcial de 1-5, ponían las cosas en su sitio (7-9), a la vez que Gimeno veía la roja directa por estrellar un lanzamiento en la cara de un Nacho Biosca que ante la ovación de la grada llegó a pedir a los árbitros que no le echaran.

Viendo los resultados del Alcobendas en el último mes, en el que tanto Anaitasuna, como Guadalajara, La Rioja o Benidorm le habían ganado por ocho o más de diferencia, parecía que ese podía ser el momento del despegue. Pero el balonmano no son matemáticas y la realidad es que el choque nunca se rompió.

Mosic volvió a ser el máximo artillero de un Ademar que llegó a estar dos abajo en el ecuador de la primer mitad Tras volver a igualarse con el 10-10, el Ademar se fue 11-13 al descanso tras un final de primera parte en el que el más destacado fue un Juanín que tiró de pillería ante el joven equipo local.

Todo estaba abierto. Y así se mantuvo en una reanudación convertida en un intercambio de golpes . Nunca llegó a volver a empatar Alcobendas, pero hasta en cinco ocasiones durante esa segunda mitad se colocó a un gol.

En una de ellas, en el 17-18 que el luminoso reflejaba en el ecuador, llegó con un buen Carrillo y los mejores minutos del siempre irregular Acacio el tirón que ponía un 17-21 que se antojaba definitivo. Por primera vez, la diferencia se iba hasta esos cuatro goles que se mantenían en los citados y angustiosos últimos nueve minutos. Que acabó haciendo buenos, aunque sudando la gota gorda, el Ademar. Lo importante, los puntos, se consiguieron. La segunda plaza sigue a un punto. El martes, en León ante un equipo enrachado como Cuenca, será otra historia.
Archivado en
Lo más leído