15/04/2022
 Actualizado a 15/04/2022
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Recordar en Babia

la noche de albricias,

cuando escondíamos

los carros,

y las madreñas,

e íbamos saciados a la cama.

Y acudía un viento sin fiebre

y sin sogas,

y en las casas

encendían la lumbre

y en la penumbra,

entre los postigos,

ya no había cruces

ni lanzas,

ni coronas sedientas

de espinas.
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