Al tercer año, volvió la Morenica a las calles de León

Repicaron las campanas de la iglesia del Mercado este viernes, volvieron a pujar por la Morenica y llegó, por fin, el momento esperado: vuelven las procesiones

T.G.
08/04/2022
 Actualizado a 08/04/2022
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Tantas eran las ganas que hasta parecía que la lluvia no se lo quería perder. Pero en primavera las nubes dan treguas y la de este viernes parecía obligada por muy feo que pintase el cielo. La Virgen del Mercado salió a hombros de su templo mientras las campanas redoblaban con ganas, las mismas que empeñaron los braceros que en los últimos dos Viernes de Dolores tuvieron que conformarse con vivirlos a base de recuerdos y ganas de volver. El de este viernes lo vivieron.

Las personas que esperaban a la Morenica en la plaza del Grano se contaban por cientos, la Rúa se quedaba pequeña y la ilusión no había donde meterla porque se veía en el rostro de los papones que contemplaban las escena. La procesión salió algo después de las ocho de la tarde y a ella no faltaron devotos de los que llevan toda la vida acompañando a la Dolorosa en su recorrido por León. Por lo general son mujeres mayores, de riguroso luto y con velas y velones en las manos. «Empecé con mi madre y ya ves, aquí sigo y que pueda por muchos años porque mira lo que pasó y tuvimos que estar bien de tiempo en casa...», comentaba una de esas fervientes devotas que acude con asiduidad a rezar a su Virgen. Le costaba contener la emoción, como a muchos otros que participaron en la comitiva tras el imponente trono de la Virgen del Mercado. Y entre el gentío, las manolas. Y tras la Morenica, las autoridades presididas por el Obispo de LeónLuis Ángel de las Heras. Representantes municipales y demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas no se perdieron el acto que supone el preludio a la Semana Santa leonesa y que en palabras del propio párroco de la iglesia del Mercado, Manuel Santos Flaker, es «la procesión del pueblo». En ella no hay papones, hay luto por el dolor de una madre que acaba de perder a su hijo.  Y emoción. Mucha emoción.

Sobre todo la hubo cuando el cortejo avanzó desde Escurial hasta llegar al convento de las Carbajalas, donde se cantó la salve, para a continuación seguir por el recorrido habitual, entre la devoción de los leoneses hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora del Mercado de nuevo. Son muchos quienes no se quieren perder la salida, pero también los que por nada se perderán su vuelta al templo de la Morenica. Para escuchar a su vuelta a casa, otra vez la salve y el himno. Y la emoción. Mucha emoción. Ahora sí, la Semana Santa de León ya se palpa por las calles. Huele a incienso, las túnicas están listas, los capillos preparados. Ahora sí. Es Semana Santa en León.
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