Al servicio de las personas desempleadas

«El trabajo es el principal motor de inclusión social». Con estas palabras, el responsable de Formación y Empleo de Ildefe, Miguel Paz, concreta la misión de Ildefe en relación a quienes buscan activamente empleo en la ciudad de León. La Agencia de Desarrollo Local del Ayuntamiento de León, única entidad que ofrece ese servicio con carácter estable desde hace diecisiete años en la capital, ha gestionado más de diez mil ofertas de empleo desde su creación –654 sólo en el año 2017– y ha consolidado una metodología de trabajo propia a través de itinerarios integrales y personalizados para cada usuario.

El edificio Abelló es el centro de referencia de los servicios de empleo municipales. Desde la creación de Ildefe, este edificio –recuperado para el barrio ferroviario en el marco de la iniciativa europea Urban a finales de los 90– cobró de nuevo vida con el ir y venir de alumnos de multitud de talleres y de personas que quieren activar su búsqueda de empleo.

El equipo de orientación laboral, la cara visible (y amable) del área de Empleo, es el punto de partida. Cuando una persona desempleada recurre a este servicio municipal, un técnico realiza la primera valoración de su perfil. El diagnóstico, a partir de tantas sesiones como sean precisas, dibujará un mapa de puntos fuertes y carencias en el perfil profesional, y a partir de ese momento se diseña, conjuntamente con el usuario, el itinerario a seguir: «Hay casos en los que el desempleado está alineado respecto a las demandas del mercado y sólo le incluimos en la Bolsa de Empleo; en ocasiones, necesita mejorar cuestiones prácticas en relación a planificar la búsqueda activa de empleo, usar la tecnología como aliada o entrenarse en habilidades para los procesos de selección; también hay quien necesita un replanteamiento profesional completo y es dirigido a los talleres de formación ocupacional con reconocimiento oficial».

El equipo de profesionales de Empleo incluye, desde sus inicios, técnicos cuya tarea primordial consiste en detectar oportunidades en el entorno de las empresas de la ciudad, para mediar entre oferta y demanda: «Las visitas a las empresas, diariamente, nos permiten conseguir ofertas de empleo para alimentar la Bolsa, y nos dan una perspectiva muy realista de los perfiles que se demandan o las ocupaciones de difícil cobertura en el mercado laboral local», en palabras de Miguel Paz.

La formación ocupacional es (y ha sido tradicionalmente) uno de los puntos fuertes de Ildefe. La formación profesional en sectores que generan oportunidades de empleo, acreditada mediante certificados de profesionalidad, es una buena alternativa para quienes necesitan cambiar de ocupación –por sectores en declive– o para personas con muy baja cualificación –el 60% de los perfiles de la Bolsa de Empleo de Ildefe carece de una titulación superior al Graduado–. Además, «para colectivos en riesgo de exclusión contamos con los llamados programas mixtos, en los que los participantes perciben un salario mientras se forman».

Las especialidades de los talleres se vinculan al mercado laboral local. Así, anualmente se desarrollan varios en torno al comercio y la hostelería, o a la atención a personas dependientes –pues el sector servicios es el predominante en la economía de este territorio–. En todo caso, y gracias a diferentes experiencias piloto, Ildefe apuesta por especialidades innovadoras como la de Técnico en Eficiencia Energética –de la que este año se imparte la segunda edición–, Técnico en Ciberseguridad y Técnico en Programación Web… –para niveles profesionales intermedios no abordados por las carreras universitarias–. Ildefe ha sido también pionero en Centros de Segunda oportunidad para jóvenes.

Además, y gracias a un programa vinculado a la Garantía Juvenil en el marco de la cooperación institucional con la EOI, una treintena de alumnos de diversas especialidades son contratados (a jornada completa durante seis meses) por pymes locales, que han contado con ayudas económicas para esas contrataciones.
Ildefe coordina la activación de muchos (y variados) recursos –a lo largo de toda la vida laboral–, sin coste para el ciudadano, y con intervenciones sostenidas que permiten actuar a largo plazo. Todo, con el objetivo de «evitar la cronificación de las carencias que inhabilitan a las personas para el empleo».