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Al perro le faltan patas en el medio

08/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Los mastines de Nacho ya se acuerdan otra vez de que lo suyo es cuidar el rebaño porque todo el verano se lo pasaron por la calle, a avionar las perras de los veraneantes, que vienen ejemplares de todos los modelos y de todos los colores. Va a haber que ponerles llaveros, como a los coches, y así cuando llegas a los bares de las Margas lo posas y ya puedes establer conversación con el vecino: «Coño, ¿tienes un seter?».

– Sí, pero no el irlandés, el inglés.

– Como usted diga, Lord.

Pero habrá trampa. Cuando Metrines tenía un R5 blanco TS se compró un llavero de un Mercedes para cuando íbamos al baile al Club Radio, hasta que alguien hurgaba en la llave y veía el rombo de la Renault, que también era de truco pues íbamos en el coche de linea.

Que todo tiene truco. Salvo la visión directa. La primera veraneanta que paseó perro, que de todo hay pioneras, fue Pili, con un perro que tendría marca pero todos le dicen salchicha. (Me dicen que trénicamente téckel). Paseaba un día al perro por la carretera y Laureano, al que decían La Chiva por otro asunto que no es el tocante ahora, se quedó mirando intrigado, pero no hubo cruce de palabras entre paseante y mirante.

Volvió a subir Pili y ya no se aguantó ante la intriga que se le veía en los ojos:

– ¿Te gusta?

– Así de repente. Tiene su cosa, pero déjame que te diga una cosa, para el año que viene llévalo al veterinario y dile que le pungan dos patas en el medio, para mi gusto le faltan.

– Es así, no le falta nada.

Es así, como el verano. Pero pasó. Los mastines vuelven al rebaño, en los bares se vuelve a hablar de vacas, Arsenio amenaza con que cualquier día nieva, en la tele no salen de la patá de los se zumbaron unos a otros en las noches de canícula, que si no paran la moto va a salir que me zumbé a los mastines, los que pasean ya traen boina, el cura conoce a los feligreses, los del Sintrom ya no hacen cola...

Se acabó. Mira que como en junio sólo hablaban de la España vacía creímos que era que lo habían arreglado y se habían llenado los pueblos pero ¡quiá!, eran perros que habían venido a ver si les veían con todas las patas o les faltan dos.
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