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Al fin un poco de cordura

20/05/2022
 Actualizado a 20/05/2022
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Ukrania, Pegasus, abortos, menstruaciones, elecciones, inflación… Estamos envueltos en este mundo de rápidas noticias, novedades que tapan unas a otras, tanto, que a veces pasan desapercibidas algunas que, no por menos espectaculares o instantáneas, dejan de tener importancia.

En ese orden de cosas, hace unas pocas semanas el alcalde de esta ciudad, León, la nuestra, nos ha dicho que no va a delimitar el perímetro ‘sin humos’. Que va a hacer otra cosa.

Al fin alguien que piensa un poco.

Vamos a ver. Madrid es Madrid, una ciudad con unas circunstancias de dimensión y antigüedad que nada tiene que ver ni con León ni con la grandísima mayoría de ciudades de España, que cuando le cae encima un anticiclón en invierno, la boina de polución es descomunal. De acuerdo, porque el aire se pone imposible. Muy bien. Así que, inmediatamente hay que tomar medidas con los coches.

Porque yo me pregunto: Porqué, si aparece un enorme anticiclón en julio, por ejemplo, y con la misma circulación de vehículos, no sobreviene la misma ‘boina’ de polución. A lo mejor es que ya no hay calefacción. ¿Entonces? ¿Es el coche el único culpable? Porque desde luego hay una verdad importante: Madrid tiene un gran núcleo central de viviendas con muchos lustros encima y sus correspondientes calefacciones igualmente antiguas.

Mas no importa. Madrid tiene un problema y por eso los demás tenemos un problema. Así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y el Bernesga y el Torío lo hacen por León, los políticos de sillón, junto con los técnicos expertos de mesa de despacho con la inestimable ayuda de los euroburócratas bien pagados, dictan unas normas «urbi et orbi» …y «pa tós café». Y por nuestro bien, claro.

Así que nos aprueban una Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica por la que todos los núcleos de población mayores de cincuenta mil habitantes, con fecha límite diciembre de 2023, tienen que tener definida un área libre de humos y poluciones, en la que se limita el tipo de vehículos que pueden circular por ella.

Cincuenta mil habitantes. ¿Y porqué no doce mil, o cien mil? ¿No tiene ninguna incidencia su situación geográfica, por ejemplo? O su condición más o menos industrial. Y cómo va a influir en la economía de sus habitantes, porque si se tiene un coche sin etiqueta, hay que tirarlo y comprar otro, de qué: ¿gasolina, gasoil, híbrido, o un eléctrico que cuesta un riñón y tiene claras limitaciones de autonomía?

Me consta que en León no hay un problema especial con la calidad del aire, salvo situaciones muy excepcionales que nada tienen que ver con los escapes de los vehículos, tal como la calima que sufrimos hace poco. Si eso es así, ¿Porqué hay que delimitar esa área?

Para mayor ‘inri’, por los datos que dispongo, casi la mitad, LA MITAD, de los vehículos que circulan no tienen posibilidad de etiqueta alguna. A la vejez, viruela.

Menos mal que en este ayuntamiento (y espero que en alguno más también), se ha decidido, no sé si por el alcalde, los técnicos, o todos a una, no delimitar esa zona, precisamente porque no es la condición de nuestro aire un problema.

¿Qué se va a hacer? Pues simplificando mucho el plan municipal, se va a va a ampliar el control continuado de la calidad del aire con más y mejor equipamiento, y no solamente a esa posible área que la legislación obliga, sino a toda la ciudad. Ese control lo va a ser exclusivamente a efectos de cumplimiento de los límites que marca la ley y, podemos estar tranquilos, sin consecuencias recaudatorias por sanciones.

De esa manera, la circulación de vehículos se podrá mantener en todos los casos en la forma actual sin que haya que plantearse el cambio de vehículo, decisión ésta difícil, como ya se apuntó, por las limitaciones de combustible. Además de que no está el horno para bollos (o sea el bolsillo).

Miedo me da, no obstante, que, dado cómo se las gastan los burócratas de turno, al alcalde no le vayan a cortar el pelo (bueno, el pelo precisamente no, que será difícil), sino la cabeza (aunque dada su situación político-personal de hace unos días tampoco creo que eso le asuste), por no seguir a pies juntillas una norma que, en verdad no parece dictada con ponderación.

Así que, mi más cordial aplauso por la decisión tomada, acompañado de mi extrañeza por el poco eco que la noticia ha tenido. Mi, no entender.

Solamente me queda una inquietud: que al socaire de esta operación, se vaya a peatonalizar esta calle o aquél espacio por el bien de la polución… y por el mal del barrio. Espero que no.
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