Alfonso B&W

Al compás del chacachá...

13/04/2023
 Actualizado a 13/04/2023
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A León en tren de lujo yo viajaba... Seguro que le ha venido de inmediato a la cabeza el verbenero soniquete de la canción que interpreta El Consorcio y que tantas bodas y noches de verano ha amenizado en nuestras vidas. El problema es cuando la gracia se pierde porque vemos que el verbo viajar se conjuga real y tristemente en pretérito imperfecto porque los bilbaínos ya no pueden llegar a este nuestro terruño al compás del chacachá del Expreso de La Robla.

Dicen que volverá, pero la realidad es que fuimos la cuna de los trenes turísticos de lujo y nos hemos quedado sin ninguno después de que la manida y pluriempleada excusa de la pandemia acabase con el Transcantábrico Clásico. Lejanas y falsarias quedan aquellas fotos y aquellas notas en las que las rutas sobre raíles iban a convertirse en uno de los ejes fundamentales de la promoción turística de la provincia. Parole, parole, parole... por seguir repasando la historia de algunas canciones míticas.

Pero quizá sea que a pie de calle tenemos una visión distorsionada de la realidad y que no estamos capacitados para entender que, cuando el PSOE gobierna, a León le va de lujo y no de culo, que sus mentiras sobre los trenes-tranvía –que ni están, ni se les espera– no agravan todavía más la situación de un proyecto de integración desguazado por el PP gracias a su calamitosa idea de tratar de buscar el ahorro en la cosa pública a través de la desaparición de Feve. Ya vendrán los clamores, como solía decir mi abuela Josefa... Y vaya si vinieron.

Fuimos la cuna del desarrollo ferroviario y logístico para todo el noroeste, pero ahora el nodo estratégico que impulsan desde Madrid va a estar a orillas del Pisuerga y no del Bernesga.

Nada inesperado si tenemos en cuenta que también fuimos la cuna de la democracia pero las Cortes están señorialmente ubicadas en Valladolid mientrasel PP quiere que aplaudamos con las orejas porque están llegando proyectos de servicios –que no de futuro– esperados desde hace dos décadas.

Sin León no hubiera España, pero ahora España se olvida de León. Y quien se atreve a denunciarlo pasa a ser represaliado por la dictatura de las siglas.
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