jose-luis-gavilanes-web.jpg

Al alba y con viento duro de Levante...

10/07/2022
 Actualizado a 10/07/2022
Guardar
Si uno ha de pasar a la posterioridad por el eco de sus dichos, ahora que se cumplen 20 años de la toma española del islote de Perejil a los marroquíes, suena repulido este comienzo en el informe del entonces ministro de Defensa Federico Trillo. No era la única perla literal que salía del pico de Federico. Antes, corriendo el año 1997, al no advertir que el micrófono estaba abierto en una sesión parlamentaria que él presidía, exclamó: «¡Manda huevos!».

La mayor parte de la población española y marroquí ignoraban la existencia del islote deshabitado llamado Perejil, de 500 metros de largo, 300 de ancho, con una altura máxima de 74 metros sobre el nivel del mar y a ocho kilómetros de Ceuta. Ni Rita la cantaora sabía de su existencia. Hasta que el 11 de julio de 2002 un grupo de 11 gendarmes marroquíes se posesionó durante 6 días del islote con la excusa de observar mejor la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Tal hecho provocó un incidente diplomático entre Marruecos y el Gobierno español que exigió la vuelta inmediata al estado precedente. Ni caso. Hasta ese momento no existía ningún tratado bilateral acerca de la soberanía sobre el islote.

A las 23,43 horas del 16 de julio de 2002, el presidente del Gobierno, José María Aznar dio la orden de iniciar la operación ‘Romeu-Sierra’, nombre clave de despliegue militar para tomar el islote. En el operativo intervinieron siete helicópteros ‘Cougar’, dieciocho cazas F-18, el buque anfibio ‘Castilla’, desde donde se coordinó el mando táctico, las fragatas ‘Numancia’ y ‘Navarra’, cinco patrulleras armadas con misiles y un submarino, así como las corbetas ‘Infanta Elena’ y ‘Casandra’, que fueron enviadas a Melilla para asegurar la zona ante una eventual reacción marroquí. Ni hablar de ceder como había sucedido anteriormente con Sidi Ifni en 1969 y con la retirada del Sahara ante la ‘marcha verde’ en 1976. Los 11 marroquíes se rindieron sin ofrecer resistencia a los 33 soldados españoles desembarcados el 17 de julio. Y fin de la ‘crisis’ sindisparar un sólo tiro.

En 1956 Marruecos se había independizado e incorporado los protectorados de Francia y de España. Años después, Franco y el rey Hassan II acordaron que Perejil pasase a tierra de nadie. Si hasta esas fechas España había tenido graves enfrentamientos armados con los rifeños del norte de Africa, más tarde, ambos países han tenido sus más y sus menos hasta esta especie de «entente cordial» entre Sánchez y Mohamed VI.

Volviendo al islote de Perejil, el plantón de la bandera de España en 2002 estuvo apoyada por la inmensa mayoría de los países de la Unión Europea –a excepción de Francia y Portugal–, hasta que, por mediación de los Estado Unidos, se acordó el retorno al ‘statu quo’. El islote quedaba de nuevo vacío y sin dueño. La falta de apoyo por parte de Francia es comprensible por su larga influencia cultural y lingüística en Marruecos. ¿Y en el caso de Portugal? Hay que recordar que Ceuta fue conquistada a los moros por los portugueses en 1415. Pero, tras la desaparición en 1578 del rey Sebastián I en la batalla de Alcazarquivir, Portugal y todas sus colonias pasaron a España en 1580, por derecho de sucesión y fuerza de las armas. Con la Restauração del reino portugués en 1640, España reintegró a los lusos todos sus dominios, a excepción de Ceuta. Por el tratado de paz de Lisboa en 1668, Portugal admitió la soberanía española de Ceuta a cambio del reconocimiento de su propia independencia. Pero, desaparecidos los clavos, siempre quedan las señales.
Lo más leído