08/06/2020
 Actualizado a 08/06/2020
Guardar
Ahora ya no, le contestó Angelillo a la ‘mocina’ a la que había pedido un baile nada más llegar a la fiesta de Matallana, cuando, ya bien entrada la noche, se le acercó, zalamera, ofreciéndole los brazos, en el momento en que la orquestina, los Zurdos, entonaba el tango ‘Caminito’ y las parejas solinguaban. A Angelillo se le habían pasado las ganas. ¡Ya no, reina!, le contestó Angelillo cuando ella, ya borracha, le dijo, zalamera ¿Bailamos, paisano?

Hay situaciones en la vida en las que uno se ve obligado a abjurar de sus principios. Y Angelillo, que siempre mantuvo aquello de: «a mí lo que más me gusta es que me falten al respeto» en aquella ocasión no tuvo más remedio que actuar de esa manera. Lo estaban observando su amigo Juanín el Hipoteca, Hito el de Mael, Nacho el de Valverde, con los que había compartido anís Viriato.

Probablemente la rapaza se vino arriba cuando las amigas apostaron que no sacaba a bailar al paisano, con cuyo pundonor de un hombre íntegro, soltero y entero, no contaban las insensatas. Y eso que arrastraba tras de sí una aureola de héroe de la guerra civil al haberse visto envuelto en un enredo que le llevó al campo del Rayo Vallecano por una temporada, y no como jugador precisamente.

Fue lo mismo que le contestó el honorable Quim Torra al presidente de gobierno de Madrid, Pedro Sánchez, cuando éste le ofreció pasar a Barcelona a la fase 1 del ‘descumbramiento’ el lunes 25 de mayo. Ahora que ya está toda España en la fase 1, ahora me vienes a mí con esas. Y el otro dale con lo de las provincias, ese invento de los españoles para fastidiar a las periferias. Porque lo de las provincias para Quim Torra es una antigualla que data de 1833 por lo menos, que desde entonces anda el gobierno de Madrid con imposiciones absurdas y dieciochescas con Cataluña.

Ahora ya no queremos bailar con vosotros, españoles. Y si cierran la Nisan que la cierren, que nosotros no necesitamos a nadie. Para hacer frente al desastre nos conformamos con 15 millones. Total, no los ponéis vosotros, que os vienen de Europa. Y se retira a sus aposentos, a leer a un tal Quevedo y se cree el destinatario de aquel soneto dirigido a un amigo que vive retirado de los negocios: «De todo lo que ignoras te aprovechas / ni anhelas premios ni padeces daños / y te dilatas cuanto más te estrechas». Y cambia la copita de anís Viriato por una de ratafía de Vich, más nacionalista, dónde va a parar.
Lo más leído