Ahondar en la memoria de la azucarera de Santa Elvira

Nueve creadores desarrollarán su proyecto artístico en 2019 con una beca de la Fundación Villalar-Castilla y León. En León el proyecto elegido es ‘Paredes de azúcar’ de Jonathan Notario

Ical
13/02/2019
 Actualizado a 17/09/2019
La presidenta de las Cortes y de la Fundación Villalar, Silvia Clemente, con los artistas becados.| L.N.C.
La presidenta de las Cortes y de la Fundación Villalar, Silvia Clemente, con los artistas becados.| L.N.C.
La presidenta de las Cortes y de la Fundación Villalar-Castilla y León, Silvia Clemente, entregó este miércoles las nueve becas de creación artística contemporánea, con una dotación global de 108.000 euros, 12.000 cada una, y que la institución concede desde 2016. Los becados, uno por provincia, desarrollarán a lo largo de 2019 un proyecto en cualquiera de sus manifestaciones: artes escénicas, música, artes plásticas, literatura o creación audiovisual. Las becas, con una alta demanda del sector artístico de la comunidad, «pretenden potenciar una de las principales señas de identidad» de Castilla y León como es la cultura», según especificó Clemente, quien deseó que este apoyo «signifique un paso más en su carrera».

El acto contó con el apoyo del publicista Luis Bassat, quien aconsejó a los becados seguir el camino de la «modestia en su trabajo» y que «no cambien en su vida y personalidad». «Debéis seguir siendo uno mismo», les trasladó.

Las becas, como recordó la presidenta de las Cortes y de la Fundación Villalar-Castilla y León, pretenden favorecer el talento y potenciar la cultura. Por ello, beneficiarios asumen el compromiso de desarrollar el proyecto para el que se le ha concedido la beca, de acuerdo con los plazos y calendario propuestos en su solicitud y tendrá absoluta independencia en su proceso creativo. Se comprometen también a residir y desarrollar su proyecto en Castilla y León durante todo el periodo de disfrute de la beca.

La presidenta destacó que estas becas, a diferencia de otras del ámbito cultural, permiten a los artistas quedarse con el proyecto de creación en propiedad. Clemente ensalzó la cifra tan alta de solicitudes para esta edición, que alcanzó las 187, un 14 por ciento más que en 2018, pero también «por su calidad». Por provincias, de la que se han recibido un mayor número de solicitudes ha sido Valladolid con 43, el 23 por ciento; León, con 29 artistas interesados, el 16 por ciento; Salamanca, con 26 solicitudes, el 14; Burgos con 23; Segovia con 20; Zamora 14 solicitudes; Palencia 12; Soria 11 y Ávila nueve artistas solicitantes.

En cuanto a las disciplinas, las más numerosas, de nuevo, son las que se refieren a proyectos de artes plásticas, seguido de aquellos que mezclan varias de ellas o todas las modalidades. Clemente recordó que cuando finalice la legislatura habrán sido 27 los artistas becados por la institución. «Hemos creado un modelo casi sin quererlo para preservar la riqueza y acerbo cultural y que lo puedan disfrutar los demás, algo que siempre ha cuidado esta comunidad», espetó la presidenta, quien destacó que las Cortes hayan hecho hincapié en esta legislatura en su apoyo a la cultura, algo que consideró necesario dado que los centros más importantes del sector están alejados, en Madrid o Barcelona.

También mostró su deseo que este «modelo» continúe a partir de las elecciones autonómicas y que incluso sea copiado por otras administraciones. Aún así, recordó que «ponerlo en marcha no fue fácil porque los recursos son limitados».

El director de la Fundación Villalar-Castilla y León, Juan Zapatero presentó a los becados y sus proyectos. En León, el seleccionado para la beca ha sido Jonathan Notario por su proyecto ‘Paredes de azúcar’. Es un trabajo audiovisual de animación con maquetas y recortables que pretende ahondar en la memoria e historia de la azucarera leonesa Santa Elvira mediante la recopilación de testimonios y recuerdos vividos narrados por sus protagonistas o allegados. Esos relatos serán recreados mediante recortables de papel y maquetas, creando una película de animación ‘stop motion’. El jurado valoró el uso de métodos tradicionales, como la recopilación testimonial, combinados con procedimientos estéticos de recreación también «vetustos» y, sin embargo, «fértiles por su fuerte carga estética, debida a su desuso y, pese a ello, estrecha relación con tendencias actuales».
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