¡Ah coño!, no guele a cucho

Estamos muy de contentos en la ruralidad más rural, cuando ya creímos que el mundo se había olvidado de nosotros resulta que no, «quiá» que dicen las filósofas de la bata guateada al salir al panadero.

Que a resultas del turbión están llamando los extraterrestres —los que marcharon de esta tierra— para ver qué tal estamos, que ahora que tienen unos días quieren venir a vernos, a pasar por aquí unos días aprovechando la paz y la calma que dios y mao setún nos han dado, esos paisajes maravillosos que te levantas por la mañana y ves la Peña Bodón y parece que ya no necesitas ni comer, además de ese aire que alimenta.

- Ustia, que ya no dicen que guele a cucho; malicia Mediagorra, que no le gustan nada los alabanciosos, como que le parece que empalagan o que no se lo cree.

Y es que se acuerda de cuando fue autoridad pedánea que nada más que llegaba el verano se endemoniaba y decía aquello de «a mi me quitáis los concejos de julio y agosto y tenéis presidente para toda la vida, pero nada más que empieza el del verano y me dicen aquello de «Media, ¿no te parece que el pueblo guele mucho a cucho, habría que hacer algo».

- Sí, cerrarle la cuadra a tu padre, cabrón, que no saca el abono ni aunque le llegue por los guevos; perdón, pero él es muy de decir las medidas a modo que se entiendan.

Ya no quiso tragar el pasado agostocuando le decíamos aquello de «ahora ya nos toman en serio los políticos, dicen que se van a poner en serio con lo de la despoblación y mira cómo se esta poniendo el pueblo».

- ¿Y en septiembre?

- No seas gafe, para septiembre ya pensarán otra cosa.

Pues nada, que estábamos a la retestera tomando este sol que es tan malo y hablando del turbión, cuando sonaba el móvil de los que tengan Movistar, que otra cosa no hay: «¿Qué venís?, ¡ay qué bien!, ya os abro las ventanas y prendo la cocina».

Y él a la su maturranga. «¿Qué pasa, que ya no guele a cucho?».