30/04/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Me voy a tomar la libertad de dar gracias no tanto en nombre propio cuanto en nombre de terceras personas, más concretamente del triunfador de las recientes elecciones generales. Ha ganado las elecciones. Gobernará España. En realidad estaba cantado, habida cuenta de lo que oíamos en muchas conversaciones, bastante representativas de la forma de pensar del pueblo español.

En primer lugar es de agradecer la fidelidad del electorado del partido socialista, una fidelidad que nace más del corazón que de la cabeza y que por eso, pase lo que pase, se mantiene impertérrita. Pero también es muy de agradecer en orden al mencionado triunfo el papel indiscutible de los corruptos del Partido Popular que, aunque no sean más numerosos que los del partido ganador, y a pesar de que la mayoría ya estén en la cárcel, han conseguido crear la desconfianza de su electorado.

También son de agradecer los complejos de los ‘progresistas’ del Partido Popular, que han engendrado el populismo de derechas. En este sentido es de agradecer al pueblo español su entrañable acogida a los populismos de izquierda, de centro y de derecha, cuyos representantes tienen el mérito y la habilidad de decirle al pueblo lo que al pueblo le gusta oír.

Teniendo en cuenta la eficacia del principio ‘divide y vencerás’, es especialmente de agradecer el papel representado por todos los que han conseguido dividir en tres partes a la derecha, que, aun teniendo más votos que la izquierda, ha sacado menos escaños. Ciertamente es de agradecer su generosidad, pues aunque se proponían como objetivo echar a Sánchez, han tenido el detalle de sentar las bases para que éste pueda seguir gobernando. En todo caso tiene que ser un poco frustrante que, queriendo echar al actual inquilino de la Moncloa, muchos de los que han votado con esa intención hayan conseguido todo lo contrario, que Sánchez tenga más diputados. El ejemplo lo tenemos en casa, en la provincia de León: PSOE, 2 diputados, PP, 1, Vox, ninguno. Sin embargo entre PP y Vox tuvieron más votos que el PSOE. Ahora solo queda el llanto y rechinar de dientes.

Finalmente el agradecimiento se dirige a todo el pueblo español que es quien ha decidido los resultados. El pueblo ha decidido y ahora le toca esperar. Hasta ahora han contado mucho las palabras. A partir de ahora habrá que fijarse durante cuatro años en los hechos. No sabemos si será cierto aquello de que el pueblo nunca se equivoca, pero sí lo es que cada pueblo tiene los gobernantes que merece.
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