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Agárrate que vienen cambios

03/09/2021
 Actualizado a 03/09/2021
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Me dijo que iba a cambiar. Que todo iba a cambiar. Que ella ya había cambiado: había decidido cambiar de profesión. Y eso te cambia la vida, la perspectiva, las ambiciones. Estudió la nueva carrera al tiempo que trabajaba en el bufete. Fue cerrando casos hasta que se quedó con los esenciales, le explicaba a los posibles clientes que tenía mucho lío y no podía aceptarlos. Sacó las oposiciones en cuatro meses y después recogió sus cosas del despacho, colgó las blusas de seda al fondo del perchero y se calzó unas deportivas. Empezaba a trabajar como maestra y su primer destino era un CRA rural.

Esta es solo una historia entre muchas. Hay más, más mujeres y hombres que me cuentan que han cambiado su vida. Veo que a partir de los 45 años, muchos se plantean las preguntas trascendentales: quién soy, qué hago aquí y adónde voy. La madurez nos llega más tarde que a nuestros padres o quizá es que ellos no tenían tiempo de hacerse esas preguntas. O si se las hacían, se guardaban las respuestas para sí.

Veo que a partir de los 45 años y de los 50, la gente cambia. Existían esas teorías de que con 30 la personalidad estaba definida y no se cambiaba más. Ahora se ha demostrado que no es cierto. Que podemos cambiar siempre y hasta que queramos. Lo compruebo a mi alrededor. Gente que se quedó sin negocio por la pandemia y emprendió un nuevo rumbo. Gente que conoció el teletrabajo y ahora se niega a volver a una oficina y se ha metido en un vida nueva –nueva localidad, nueva casa, nueva profesión–. Y gente –mujeres– que de pronto siente la necesidad de tener hijos. Las clínicas de fertilidad están desbordadas con peticiones de mujeres de 49 y 50 años.

Creo que ese giro de mentalidad, ese quiebro en una existencia lineal, viene anunciándose desde hace un tiempo, pero la pandemia lo ha disparado. Ya no es posible volver a lo de antes, a la vida plácida y rutinaria. Y no solo no es posible, sino que hemos aprendido que no es deseable. Si no estábamos conformes con lo de antes, ¿para qué volver a ello? Los nuevos adultos se plantean que van a vivir muchos años y quieren vivirlos a su manera. ¿Y por qué no? La esperanza de vida en España está en los 82 años y creciendo, así que el final de los 40 podría ser... el principio de una nueva vida. ¿No?
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