"Adoquín ignorado, chapuzón asegurado"

‘Motorines’ o Javier Fernández Zardón, el coplero elegido este año para honrar al Gochín de San Antón regaló a los asistentes a Botines una lección de ironía y mucho humor para azotar a la municipalidad y todo lo que se le ponga por delante, pero que dicho con esa rima parece que se hace hasta soportable

Fulgencio Fernández
19/01/2020
 Actualizado a 19/01/2020
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Por allí andaban Héctor Luis Suárez y las gentes de la Asociación San Francisco El Real Extramuros de León (Barreñada no, que el maligno le envió la gripe) que son los que organizan esta fiesta del Gochín de San Antón; no faltaba Manu Ferrero, encargado de las coplas tradicionales; las gentes que desafiaron las inclemencias leonesas sabedores de que hay calor externo de fuego e interno de fervudo, que no faltaban los cotinos de pan que regala Cesarín el de la Confitería Asturias, «recuperando los recuerdos de los que hace 60 años le daba a él el practicante del Hospital de San Antonio Abad...».

Y llegó el coplero del 2020, Javier Fernández Zardón, al que no molestas si le dices Motorines, que somos tierra de apodos. Llegó impecable, pero nada nuevo en él que mueve la pajarita como nadie en esta ciudad. Y la capa. Acertaron los de Extramuros pues nuestro colega nos regaló una lección de arte, ironía, rima y humor para azotar a diestro y siniestro sin que se note, dicho así parece una broma.

Empezó fuerte para quien pudiera llegar despistado: «¡Oh bendito San Antón! / líbranos del ergotismo deglutiente / en degustación insistente».

- ¿De qué dice que nos libra?
- Del mal de comer cosa contaminada. Escucha y tira.

Recordó el centenario de Galdós, don Benito, para poner rápidamente elpie a tierra y recordarnos que puede ser peligroso para caminar por esta ciudad: «¡Líbrenos San Antón del caminar confiado! Adoquín ignorado... chapuzón asegurado».

Siguió Zardón saltando de celebraciones y aniversarios —los 80 de Lo que el viento se llevó a los 40 del prado del Obispo que ahora es la Vegazana de la Universidad— para soltar algún soplamocos a los que cada día nos azotan con sus formas de hacer: «¡Oh bendito San Antón! Líbranos de Confederación. Salguera tronchada, cuneta rematada... bolsa esquilmada».

No se olvido del gochín que allí nos congregaba, sería una falta de respeto: «Gochín eficaz, eficiente y efectivo, / sostenible, andariego y andarín. / Aprovechando hasta en los susodichos sus andares / a quien atribuyese contrastadas propiedades / buen pescado y mejor AVE... no como el gato que por tal / nos da una Renfe desnortada en su moral». 

En fin, son solamente algunos ejemplos del ejemplo general que fue ponerle gracia e ingenio a cualquiera cosa que quieras decir. Pero no había allí nadie que llevara el «cassette» del Gochín al Congreso de los Diputados.
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