01/03/2021
 Actualizado a 01/03/2021
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Hay un momento en la vida en el que sales a la calle y te preguntas ¿adónde iba yo? Y es entonces cuando te convences de que, realmente, siempre has andado perdido; de que, en realidad, todo lo que has revuelto, estudiado, propuesto, amado, dicho, y hasta maliciado, no era más que dar vueltas en círculo, auto engañándote, intentando descifrar el misterio y situar la estrella del Norte en el firmamento. Viviendo un tiempo sin tiempo, como dice Luis Mateo.

Hay autores, como Landero en su ‘El huerto de Emerson’ que insinúan que «solo las dudas resultan ciertas», pero si uno no está de acuerdo, puede refugiarse en lo último de Colinas: ‘En los prados sembrados de ojos’ en el que según el comentarista del Diario (24.1.21) «espera que crezcan los murmullos de la esperanza». ¡Así cualquiera! que diría un sabio de aldea, de esos que se rascan el cráneo debajo de la boina.

Adónde iba yo, se hubiera debido preguntar el Sr. Alcalde el otro día cuando firmaba con la Universidad el acuerdo ‘Talento León’ en busca de que los jóvenes listos leoneses (J.L.L en el argot) que no quisieran marcharse pudieran encontrar en su tierra un acomodo, y declararse amor eterno a la orilla de alguno de nuestros ríos, y tener allí muchos hijos para el cielo. Para ello, como no, lo primero es dotar al acuerdo de un presupuesto; y a continuación buscar una mesa. Como hacía Silvia Clemente, en la Junta de Valladolid, cuando formaba un comité para recibir los fondos europeos destinados a parar el vaciado de los pueblos, que nunca, logró sus objetivos, excepto la llegada de los fondos.

A dónde iba yo, se debió preguntar el otro día la titular del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MTERD) cuando se encontró con el de Agricultura, Pesca, y Alimentación, (MAPA) para incluir al lobo en el Listado de Especies en Régimen de protección Especial (LERPE) y se encontraron con que los ganaderos de los pueblos, que saben mucho de las dificultades para cobrar los destrozos en su ganado, protestaron alegando que, adónde iban, y que, para eso era mejor que los incluyesen directamente a ellos en el LERPE.

Adónde iba yo, se preguntó el cronista el pasado 14 del corriente, cuando salió a la calle, para ir a votar, y se acordó de que lo que se dirimía en Cataluña no le concernía puesto que allí los políticos «siempre prefieren lo maravilloso a la verdad» como dice Irene Vallejo en ‘El infinito en un junco’ que hacían quienes escribían en la antigüedad sobre Alejandro. ¿Ande vas tú? se dijo.
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