Adisbier propone a la Junta adiestrar 16 perros de asistencia para discapacitados bercianos

Con el proyecto ‘Un perro, una sonrisa’, el colectivo quiere responder a la "creciente demanda" de estos animales en la comarca y potenciar su regulación

A. Cardenal
03/06/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Miembros de Adisbier, con el proyecto 'Un perro, una sonrisa'.
Miembros de Adisbier, con el proyecto 'Un perro, una sonrisa'.
La Asociación de Discapacitados del Bierzo (Adisbier) presentó este viernes en la Junta de Castilla y León el proyecto ‘Un perro, una sonrisa’ con el que el colectivo quiere adiestrar y educar 16 perros de asistencia para personas con movilidad reducida de la comarca.

Con esta iniciativa busca responder a la «creciente demanda» de este tipo de animales en la comarca, ya que contribuirían de forma importante a favorecer la «autonomía» de las personas con movilidad reducida.

«Son capaces de encender luces, recoger objetos, abrir puertas o incluso ayudar al movimiento de personas en sillas de ruedas a la hora de subir o bajar cuestas», explica la promotora del proyecto, Lilyanna Alba, que destaca también los beneficios a nivel psicológico y social que supone disponer de estos perros de asistencia para las personas discapacitadas. De hecho, la asociación tiene previsto contar con algunos usuarios de estos animales para que sean ellos mismos los que compartan su experiencia con los miembros de la asociación ymuestren lo que pueden llegar a hacer.

Y es que el proyecto destaca el papel de estos animales como «potenciadores de la autoestima», creando además un «sentimiento de utilidad» al hacer que la persona «se sienta parte de un equipo en el binomio perro-usuario». También destacan su capacidad de «integrador natural». «Muchas de estas personas tienen miedo a la interacción social por temor a ser rechazados, ser dueño de un animal es una forma natural de integrarse en un colectivo o iniciar una conversación con otros dueños de perros al pasear con él», explica Alba.

El gran escollo para la puesta en marcha del proyecto es económico. Y es que este tipo de animales, además de su adiestramiento inicial, requieren de un mantenimiento costoso. «Hay que reforzar el entrenamiento y tienen que cumplir unos requisitos sanitarios y contar con certificaciones que no son necesarias en animales de compañía», apostilla.

Así, según sus estimaciones, el coste total de cada animal por siete años de servicio activo rondaría los 45.000 euros, lo que hace indispensable el apoyo desde la administración autonómica. En cualquier caso, desde el colectivo subrayan el potencial del proyecto también a nivel laboral, ya que calculan que podrían contar con hasta 8 personas contratadas, favoreciendo la inclusión laboral del colectivo, en caso de alcanzar la treintena de perros de asistencia que, según los cálculos del proyecto, serían necesarios en la comarca.

Dejadez institucional


Otro de los objetivos del proyecto es tratar de acelerar la regulación de este tipo de animales. Si bien la figura del perros-guía ya lleva varios años plenamente integrada, en el caso de los perros de asistencia en Castilla y León, pese a que la Ley 3/1998 sobre accesibilidad y la posibilidad de acceder con perros guía a todo tipo de espacios hace ya una distinción entre ambos, todavía no existe una normativa que normalice su situación, por lo que una persona discapacitada no puede entrar acompañado de su perro de asistencia a locales de restauración que prohiban la entrada a animales, a un banco o a su propio centro de salud, un «trato discriminatorio» que esperan que se ponga fin a corto plazo desde la propia administración autonómica.
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