Adiós a la peseta con la que aún se podrá comprar en Ponferrada hasta el final

Tras una prórroga de medio año, la moneda que precedió al euro le da paso y la única tienda en la que aún podía comprarse con ella, Low Cost, deja de aceptarla

Mar Iglesias
30/05/2021
 Actualizado a 30/05/2021
El único establecimiento donde aún se puede comprar en pesetas en Ponferrada marca ya los últimos días para hacerlo. | MAR IGLESIAS
El único establecimiento donde aún se puede comprar en pesetas en Ponferrada marca ya los últimos días para hacerlo. | MAR IGLESIAS
El adiós a la peseta marca el paso de la actividad que, desde hace doce años había complementado la oferta de uno de los establecimientos de Ponferrada. Low Cost ha sido el único comercio de decoración y útiles de cocina, que ha mantenido la posibilidad de comprar en pesetas en la ciudad, siempre la cabecera de su escaparate. Algo que le ha hecho único desde que en 2008 decidió añadir esta idea como «alternativa a la venta», para apuntalar la crisis de ese año.

Reconoce su gerente, Marga Carrera que, desde entonces, han sido picos los que ha marcado la llegada de las viejas monedas a la tienda. Subidas intermitentes que después se estancan y que a veces acaban con llamativas entradas de pesetas. Las subidas más destacadas se produjeron con el inicio de esas compras y cada vez que hay noticias sobre el fin de la moneda, como si los propietarios quisieran mantenerlas en sus bolsillos hasta el final.

Es lo que ha pasado estas últimas semanas que ha llegado a recoger en una sola compra 70.000 pesetas, la mayor en estos días, o 33.000 pesetas de una persona que se las encontró en el fondo de un cajón, al hacer limpieza.

Pero aún queda mucha moneda que recoger, algunos por nostalgia, otros por todo lo contrario, por olvido, no se deshacen de ella. Pero la peseta se quedará como las figuras decorativas que vende Marga en su tienda a partir del 30 de junio -en la tienda no se recogerá más desde el 26 de junio para poder efectuar el cambio-.

El Gobierno ya no ha dado más prórroga para el cambio y anuncia que, desde ese momento, para el cambio en el Banco de España que ha mantenido para poder realizarlos, aunque la pérdida de dinero es notable, porque se realiza a lo que marca su valor, es decir 166 pesetas, un euro, dejará de hacerse.

Carrera lamenta perder ese cambio que servía para asegurar ventas por un lado y, por otro para conocer la forma del cambio de moneda y familiarizarse con ella. Asegura que la posibilidad de poder seguir comprando en pesetas que ha dado Low Cost ha posibilitado muchas ventas desde su tienda que no se hubieran realizado «ha servido como reclamo», reconoce, con cierto sinsabor al saber que la peseta dejará de pasar por sus manos.

Tras 20 años de la entrada del euro, se acaba la moneda y Marga Carrera recuerda que han sido más de 30.000 euros los que han pasado en esa moneda por la tienda en los 12 compartidos con la promoción única que ofertaban.

Bolsas de duros de 5 pesetas, de 25, las de diez pequeñitas que casi no se encontraban, los míticos billetes de 100 pesetas, que a muchos les suena a la propia de los domingos, o los billetes de 2.000, que llenaban el depósito de la gasolina, ahora están parados en su tienda a la espera de ser llevados al Banco de España a cambiarlos por su valor nominal. Es lo que hace Marga que comienza a hacer un barrido de todo lo que le queda por cambiar, porque su intención no es iniciar una oportunidad de coleccionismo, aunque sí cuenta con billetes históricos como el de 500 con el perfil de Mariano Benlliure.

De todos modos, asegura que sí ha habido coleccionistas que se han dirigido a ella para hacerse con alguna de las monedas, porque el campo del coleccionismo es inmenso. Las monedas que guarda han llegado hasta Alicante al darlas a conocer a esos nostálgicos que no quieren que la moneda desaparezca.

Con la aproximación del fin de la moneda, Marga espera una entrada más abultada de pesetas en la tienda, como ya está sucediendo, con el estertor de una moneda que le deja un anecdotario repleto, como la persona que compró con 40.000 pesetas en billetes de 5.000 y billetes de 100 sin estrenar.

Marga tiene claro que a 30 de junio, en Ponferrada se quedará mucha peseta en los cajones, olvidada o tal vez enmarcada en recuerdos, pero no desaparecerá bajo la estampa del euro que la sentenció.
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