Ademar 30 - Nava 20: 'Metamorfosis desde la defensa'

El Ademar, que llegó a ir dos abajo en la segunda parte, acaba pasando por encima de Nava y levantándole el golaveraje con el 6-0 a su mejor nivel del año y un gran Panos bajo palos

Jesús Coca Aguilera
05/03/2022
 Actualizado a 06/03/2022
Gonzalo es frenado por la defensa del Nava. | SAÚL ARÉN
Gonzalo es frenado por la defensa del Nava. | SAÚL ARÉN
No pintaban bien las cosas para el Abanca Ademar, con un partido que recordaba en exceso al que se perdió en casa con Sinfín y en el que se iba por detrás al descanso y perdía 12-14 en los inicios de la segunda parte.

El conjunto leonés encontraba buenos lanzamientos,pero fallaba infinidad de tiros claros en seis metros, con un ex como Patotski agigantando su figura. La defensa funcionaba y no permitía tiros claros de Nava, pero esta vez Bomastar no estaba fino bajo palos y por si fuera poco un pilar como Santista, que a su labor defensiva sumaba que estaba siendo la mejor baza en ataque,tenía dos exclusiones.

Y de repente llegó la mejor versión del Ademar, la que tanto se estaba esperando, a partir del momento más complicado del partido, ese en el que el Nava se iba de dos goles por primera vez tras una primera mitad cuya igualdad se resume en que sólo hubo empates y ventajas por la mínima en el marcador.

Nadie cogió 2 goles de renta en una primera mitad en la que el Ademar falló muchos tiros claros en seis metros Con una metamorfosis desde la defensa el equipo leonés enganchó a un Palacio que de nuevo volvió a registrar una gran entrada con cerca de 2.500 espectadores y acabó no sólo llevándose dos puntos muy importantes tras derrotar a un rival directo como el Nava, sino que hizo lo que tal y como iba el choque parecía completamente imposible, levantarle también el golaveraje pese a haber perdido de ocho en Segovia al acabar apalizándole e imponiéndose por un contundente 30-20.

Ver para creer. Seis goles en los últimos 29 minutos de encuentro encajó el Ademar, que sigue teniendo momentos de desacierto o precipitación, pero que en las últimas citas ha multiplicado su sacrificio e intensidad atrás, casualidad o no coincidiendo con la baja de Semedo, y eso se nota y mucho.

¿Las claves para ese cambio radical que sufrió el partido? Apuntan a muchos de los no habituales. Por un lado, sin lugar a dudas, un Panos estelar bajo palos, donde ante el mal día de Bomastar entró tras el descanso y bajó la trapa con notables paradas de mérito.

El equipo leonés rompió el choque con un 8-1 a base de contras que convirtió la ventaja visitante en un 22-16 Por otro Jozinovic, al que le sigue faltando soltura en ataque, pero que precisamente con el equipo frente al que se rompió el brazo fue clave atrás en la posición de segundo desde donde tanto ha sufrido este año Ademar y donde ayer estuvieron muy bien tanto Casqueiro como un Virbauskas que además en ataque dirigió bien.

Y por último Dragan Soljic, inexplicablemente ausente en la mayoría de los partidos del año, y que sin Semedo y con las dos exclusiones de Santista tuvo que salir y ya no volvió a sentarse, pues cerró el centro del 6-0 e incluso en transiciones rápidas hizo dos goles.

Protagonistas inesperados y otro que empieza a no serlo tanto, un Milosavljevic que se ha erigido en comandante de la defensa e incluso por fin se suelta en ataque, soltando más el brazo y dejando especialmente dos penetraciones en las que con sus fintas rompió a la defensa para entrar hasta dentro.

Las 2 exclusiones de Santista dieron la oportunidad a Soljic y la aprovechó. Milosavljevic, líder en ataque y defensa Fueron los argumentos bajo los que se cimentó un triunfo que empezó con un parcial de 3-0, que rompió con un penalti Rodrigo poniendo el 16-16 que sería la última vez en la que el Ademar no mandara en el choque, y que se alargó hasta un tremendo 8-1 que ponía a base de contras a los de Cadenas seis arriba (22-16) en el ecuador de la segunda mitad.

Era otro momento clave. El que decidiría si los puntos aún estaban en juego o pasaba a disputarse otro partido diferente por el golaveraje. Y aunque con 22-17 el Nava tuvo dos ataques para volverse a colocar a cuatro, cometió dos pérdidas seguidas y, una jugada que acababa con gol de Liapis que elevaba la máxima ventaja a siete (24-17) y venía acompañada de la roja directa a Filipe Mota, dejaba claro por qué luchar.

Lo sabían los jugadores y el público, por lo que la intensidad no bajó. Estaba todo en el aire, justo en esos ocho goles que fijaban el posible desempate a final de campaña, cuando Cadenas pidió tiempo a falta de dos minutos (28-20).

Pero entonces Boskos se sacó un ‘latigazo’ de cadera y en la acción siguiente Santista robó un balón que con un pase de campo a campo regaló a Antonio para que pusiera el 30-20 e hiciese que la fiesta fuese completa.
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