Ademar 27 - 27 Huesca: 'De la remontada al mazazo'

El Ademar, que fue 5 abajo y se puso por primera vez por delante en el 56’, empata con el Huesca pese a ir 27-25 a falta de 40 segundos

Jesús Coca Aguilera
19/11/2017
 Actualizado a 06/09/2019
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Durante gran parte del encuentro, el pinchazo del Abanca Ademar se antojaba cercano. A remolque desde el arranque, con desventajas de hasta cinco goles en la primera mitad y siempre por detrás en el marcador, el Huesca imprimía al partido su lento ritmo y los leoneses se atascaban en ataque. Pero, en el tramo final, todo apuntaba hacia una remontada que acercara la segunda posición.

Entre las paradas de Cupara, los goles de un Costoya que asumía la responsabilidad en el tramo final y el desparpajo de Mario, el Ademar se ponía por primera vez por delante con el 25-24 a sólo tres minutos y medio para el final.
Era la hora de la verdad. Esa que haría olvidar o llevar a la memoria el pésimo arranque de partido. Que variaría las lecturas del ‘cómo se ha notado el cansancio europeo’ al ‘cómo se han sobrepuesto a la acumulación de partidos’.Que dejaría en nada el 2-5 con el que en un visto y no visto se puso ya el Huesca, liderado por sus laterales Teixeira y Marcelo. Los dos goles de Mario López sin portero que propiciaban que el Ademar se pusiera a uno. El segundo tiempo muerto que, ya a los 22 minutos, se veía obligado a pedir Guijosa porque la diferencia se disparaba a la máxima de cinco (8-13). El tremendo arreón en el final de la primera parte de los leoneses, que con defensa 5-1, un gran Cupara y la irrupción de Acacio y David, se iban empate (14-14) al descanso tras un parcial de 6-1. El intercambio de tantos de la segunda parte, sin el Huesca yéndose ya nunca más de dos arriba ni el Ademar pasando del empate.

Pero al final, al entrar a los últimos 60 segundos, todo hacía indicar que el pesar terminaría en gloria. Porque, pese a que esa primera ventaja que había puesto Mario colándose por el medio entre la defensa duraba apenas unos segundos, ya que el Huesca marcaba rápido y además forzaba la exclusión de Carou, el Ademar sacaba petróleo en la inferioridad.

Con una extraordinaria penetración, Costoya hacía el 26-25; con una sensacional parada a un tiro claro desde el extremo, Cupara ponía en pie al Palacio; y por último, estando avisados de pasivo y sin apenas pases restantes antes de que se señalara, Juanín se inventaba una ‘pared’ con Mario ycolocaba el 27-25 con el que se entraba en el minuto final.
Sólo faltaba asegurar el triunfo. Y cada segundo que pasaba lo acercaba. Hasta que todo empezó a torcerse. Primero, a falta de 54 segundos, con la exclusión de Juanjo Fernández. Después, a 40 para la conclusión, con el tanto de Carmona para dejar en uno la diferencia. Y la ‘puntilla’, el último ataque, sin tiempos muertos para poner calma y preparar algo, con los jugadores oscenses defendiendo ‘hombre a hombre’, la pérdida de balón con posible falta a Mario que provocaba el rápido contragolpe, con tres jugadores contra un solo defensor, con el que Ariño ponía en el último segundo el definitivo 27-27.

Esta vez no hubo milagro como en Suiza. Esta vez el suspiro final no desembocaba en una piña del Ademar, sino en celebración visitante y desesperación leonesa. Cupara se encaraba a Ariño por haberle golpeado tras marcar. Guijosa se volvía ‘loco’ contra los árbitros (pésimos de principio a fin y encadenando errores contra los dos equipos) por la falta no señalada. Y la afición se quedaba incrédula observando cómo se había pasado de la algarabía de la remontada al tremendo mazazo.

Tras Barcelona y Guadalajara, el Huesca se convertía en el tercer equipo que ‘rascaba’ puntos en el Palacio. Y, sin tiempo para recuperar, toca visitar la difícil cancha del Puente Genil. No hay margen para tomarse un respiro... y pensando en la ‘Champions’ cada vez hay menos para seguir cometiendo errores.
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