Adaptarse a los tiempos

Los pueblos de la provincia arrastran una situación de abandono que incluye tal y como reconoce el obispo de León, Julián López, en una entrevista que se publica hoy, la imposibilidad de disponer de sacerdotes para dar misa todos los domingos en todas las parroquias que tienen. Esta situación, que los no creyentes verán como anecdótica y las personas creyentes que habitan en los pueblos como un importante contratiempo, es un ejemplo más de los cambios sufridos en el mundo rural. No hace muchos años este hecho era impensable. Los leoneses ‘con pueblo’ en un amplio número conocerán en su localidad lo que era la casa del cura (incluso en muchos casos con su propia huerta), algo que actualmente pertenece a la diócesis. Esto demuestra que antes los pueblos también disponían de sacerdote para los oficios religiosos de la Iglesia Católica y ahora deben conformarse con compartirlos con otra decena o más de localidades. Eso los que lo pueden ver todas las semanas, ya que muchas otras ya tienen las misas una semana sí y otra no, o una semana en sábado y otra en domingo. Si a esto se une que la edad media de los sacerdotes en la provincia ya está en torno a los 70 años, la Iglesia Católica tiene que darse cuenta de que debe empezar a tener que adaptarse a los nuevos tiempos con normas más abiertas, por ejemplo para los servicios religiosos, o corren el riesgo de anquilosarse en el pasado. Este error lo han cometido muchas otras instituciones y han pagado una factura muy cara, llegando incluso a estar en ‘fuera de juego’. La adaptación a los tiempos que corren y a la sociedad en cada momento es clave en todos los aspectos de la vida y la Iglesia Católica debe darse cuenta que también tiene que hacerlo tal y como mencionaba el obispo en la entrevista de estas mismas páginas en las que declaraba que actualmente esa es su máxima preocupación.